Han pasado más de 50 años desde que dejaron las aulas. Algunos nunca fueron y quieren ver qué se siente por lo que, gustosos, una vez a la semana asisten a una de las 20 escuelas de mayores que abrió el Instituto de Atención para el Adulto Mayor del Distrito Federal (IAAM), en las 16 delegaciones.

En cada uno de los planteles los alumnos, de 68 a 90 años de edad, son los responsables de elaborar el programa de lo que quieren aprender y luego deberán enseñar a sus nietos y nietas.

Estamos apostándole al fomento de la organización de los adultos mayores para que sean ellos los que desarrollen sus proyectos en su beneficio y de la sociedad, explicó Rosa Icela Rodríguez, directora del IAAM, y recordó que este grupo poblacional conserva una gran cantidad de conocimientos y de experiencia que debe ser valorada y aprovechada en beneficio de la sociedad.

Rocío Barcena, responsable del programa piloto de escuelas de mayores, detalló que están participando en este proyecto 360 adultos mayores. Es una experiencia nueva para ellos, que los hace sentir útiles y escuchados. Además del proyecto que establezca cada escuela, se buscará generar una campaña por una comida sana, que vayan a las primarias de su comunidad y les hablen los menores sobre los alimentos chatarra.

Comentó que en algunas instalaciones los adultos quieren aprender a hacer cosas para vender y tener dinero.

Cada grupo cuenta con el apoyo de dos educadoras, una de ellas con experiencia de 11 años trabajando con este sector de la población.

El programa comenzó en marzo con una escuela por delegación, salvo en GAM, Iztapalapa, Tlalpan y Álvaro Obregón, en donde se abrieron dos en cada una.

Durante una reunión de evaluación del programa las educadoras coincidieron en señalar que lo más importante es que los adultos mayores se sienten útiles.

Muchos tienen depresiones, los escuchas, a lo mejor no puedes resolver sus problemas, pero se desahogan. Se están acercando personas que tienen problemas con sus hijos, que se sienten desplazadas, que no los atienden ni escuchan, comentaron.

Otra refirió que en la instalación que ocupan para sus clases inició un curso de verano. “Le propuse a la maestra que ese día trabajaran juntos adultos y niños. Cada uno se hizo de un nieto o nieta y la tarea era hacer un collage, al principio los menores no querían, porque olían feo, pero también porque no están acostumbrados a convivir en su casa con sus abuelos”.

La maestra tenía miedo de que les fueran a pegar a los niños. Les dije que no los pellizcaran porque eran pequeños.

Otra educadora señala que uno de sus alumnos hace pulque y le lleva los días de clase. La primera vez me lo tomé, pero luego ya no, confiesa.

De acuerdo con los resultados de la encuesta de percepción de los derechohabientes de la pensión alimentaria, 84 por ciento de adultos mayores sabe leer y escribir, y la edad promedio es de 78 años. El 39 por ciento dijo tener estudios de primaria, 31 por ciento carece de instrucción escolar, 9 por ciento cursó la secundaria, 7 por ciento una carrera técnica e igual porcentaje cuenta con estudios de licenciatura, 6 por ciento de bachillerato y uno por ciento, posgrado.