¿Por qué los héroes son héroes? ¿Por qué son necesarios? ¿Héroes de bronce o de carne o hueso? ¿Cómo se vuelven parte de una cultura? A propósito del centenario de la Revolución y del bicentenario de la Independencia, el poeta y académico Vicente Quirarte explora éstos y otros aspectos en el curso Vergüenza de los héroes. Realidad y mitología del panteón nacional, que impartirá a partir del primero de septiembre en la sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario.

“No soy historiador –enfatiza el escritor–, pero ofrezco un panorama de la recepción que se hace de estos héroes en una cultura a través de diversos lenguajes: la literatura, la pintura, la escultura, la música y en la vida cotidiana.”

Uno de los ejemplos más notables en ese sentido es Benito Juárez, que está presente en casi todos nuestros actos cotidianos. Y se pregunta: “¿Por qué está en el whisky Juárez desde la prohibición del alcohol en Estados Unidos? ¿Por qué le da nombre a una ciudad? ¿Por qué está en una de las principales avenidas de la ciudad de México? Tenemos unas rosas que se llaman luto de Juárez y un danzón que se llama Si Juárez no hubiera muerto. Está constantemente en nuestras vidas y lo importante es ver, más allá de su persona, todo lo que logró en su epopeya, lograr que la Independencia se consumara en hechos cotidianos y en las leyes que nos rigen.

Eso es lo que el siempre llorado Carlos Monsiváis llama nuestras herencias ocultas, que no se ven pero ahí están.

Y lo mismo puede decirse de Miguel Hidalgo y Costilla y de José María Morelos y Pavón.

Utopía aun no consumada

El título del curso –explica el ensayista– tiene un doble sentido, porque frente al centenario y bicentenario hay argumentos que se preguntan qué es lo que vamos a celebrar, que los hombres fueron hombres de carne y hueso. Lo que yo señalo es que los héroes que nos incomodan tanto, a los que les pasamos lista, fueron seres ejemplares que además nos hacen entender la vergüenza de nuestra condición presente.

De ese modo, “tenemos vergüenza de los héroes, pero al mismo tiempo los héroes tuvieron la vergüenza necesaria para no quedarse en una situación acomodaticia, con todas sus torpezas, con todas sus imprevisiones; Hidalgo fue el gran iniciador; no hay nadie que haya logrado levantar una multitud como él hizo entonces. Ese impulso inicial fue extraordinario hasta que llega un momento en que le preguntan qué es este movimiento y él dice: no sé porque ya se me salió de las manos. Sin embargo, en Guadalajara emite los decretos para abolir la esclavitud y favorecer a los más necesitados; es algo que de pronto se olvida ante el peso enorme que tienen la Constitución de Apatzingan y los Sentimientos de la Nación de José María Morelos, que en el punto número 12 dicen que la ley es superior a todo hombre, que se podere la opulencia y se modere la indigencia. Eso es lo que tenemos que celebrar, su intento de llevar a cabo una utopía que por desgracia todavía no se consuma”.

El curso Vergüenza de los héroes... comienza el 30 de agosto y continuará los días 1º, 3, 6 y 8 de septiembre, de 17 a 20 horas. Se podrá asistir pagando una cuota de recuperación. Las sesiones serán grabadas y puestas de manera gratuita al alcance del público a través de Descarga Cultura, en la página web de la Universidad Nacional Autónoma de México.