Daños a la agricultura, la pesca, al acuífero y a una de las zonas de manglares más importantes del país, Marismas Nacionales, provocará la construcción del desarrollo turístico Centro Integralmente Planeado (CIP): Costa Pacífico, en Escuinapa, Sinaloa, advierten expertos y habitantes de la zona.

El centro, que de acuerdo con proyecciones de construcción –43 mil cuartos– será más grande que Cancún, aún no obtiene el permiso de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), ya que la manifestación de impacto ambiental (MIA) regional aún está en evaluación, pero análisis de diversos grupos hablan ya de que el agua será un gran problema.

La principal crítica es que el proyecto colinda con Marismas Nacionales, sitio de humedales catalogado como prioritario, que próximamente será decretado reserva de la biosfera por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Se sabe que los manglares, cuya explotación está prohibida en la Ley General de Vida Silvestre, son cuna de pesquerías, protegen a las poblaciones de los huracanes y tardan décadas en formarse.

El proyecto, promovido por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), incluye la construcción de una marina, campos de golf, 12 mil cuartos de hotel y 31 mil residencias en 2 mil 381 hectáreas. Además, marinas y obras marítimas, como una dársena y canales. Asimismo, vialidades, puentes y plantas de tratamiento de aguas residuales, entre otras cosas.

En la MIA se indica que se trata de “hoteles tipo resort, villas, condominios, residencias turísticas y urbanas, zonas deportivas, áreas de interpretación ambiental, náuticas y culturales, así como una pista de esquí acuático artificial, sistemas de transporte, zonas de agroturismo, malecón, plazas públicas, ciclovías, senderos turísticos, centros holísticos, clubes de playa, áreas comerciales y centros recreativos”.

De acuerdo con los comentarios que presentó a la Semarnat un grupo de organizaciones, entre ellas Conselva, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Alcosta y expertos de la Universidad Autónoma de Sinaloa, la MIA regional del Fonatur, dada a conocer el 17 de junio pasado en la gaceta ecológica, presenta insuficiencias técnicas, inconsistencias, incongruencias y carencia de información, así como errores y omisiones.

Destacan que hay estudios incompletos sobre los cuerpos de agua que desembocan en los sistemas lagunares y el mar. Además, se utilizó fuera de contexto un estudio del Instituto de Geografía de la UNAM sobre el sistema ambiental regional terrestre. El centro de estudios recomendó no construir una marina, debido a que hay riesgo de intrusión salina; por el contrario, que se use una boca existente, pero la MIA no la toma en cuenta y prevé realizar la obra.

También menciona que los manglares pueden verse afectados por el cambio del curso del agua y las modificaciones al acuífero. En la zona de los manglares colindantes con el predio se va a incrementar la salinidad del acuífero, lo cual tendrá consecuencias sobre el manglar, que aún se conserva en buen estado, con árboles de cinco a 13 metros de altura.

Representantes de cooperativas pesqueras, acuícolas y de prestación de servicios, así como agricultores, han expresado que se debe condicionar el CIP a que no se abran bocas y canales para las marinas, así como no afectar la disponibilidad y calidad del acuífero del que dependen. Advirtieron que la salinidad puede ocasionar que se pierda la agricultura.

En conjunto, los voceros de los sectores agrícola, pesquero y turístico advirtieron que el Fonatur nunca informó que sus planes de desarrollo implicarán alta migración de mano de obra y la consiguiente demanda de servicios, de los que actualmente carecen las comunidades, como agua suficiente, drenaje, calles pavimentadas y centros de salud. La población, de 47 mil personas, podría crecer 10 veces.

Académicos señalaron que la MIA omitió información clave, desdeñó la recolección de datos en campo y manipuló modelos para la proyección de escenarios que no corresponden para la región de Marismas Nacionales.