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La casa de Betty, de Duane Cochran, se estrenará en el Centro Cultural del Bosque

A escena, las desventuras humanas mediante danza, teatro y literatura

Trato de mover algo, sacudir la sique de alguna manera, manifiesta el coreógrafo

Foto
Escenografía para el montaje de la obra, consistente en muchas habitacionesFoto Cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Martes 17 de agosto de 2010, p. 7

El montaje La casa de Betty, del coreógrafo Duane Cochran, es como la vida de las personas: tiene muchas habitaciones.

En una hay decepción, en otra ironía, más arriba deseo y al fondo a la derecha frustración: son retratadas en el espectáculo de danza, teatro y literatura que el viernes 20 se estrenará a escala mundial en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque.

La coreografía utiliza un lenguaje contemporáneo y versa sobre pasiones humanas, las relaciones enfermizas y a veces violentas. Trato de mover algo, sacudir la sique de alguna manera, explica Duane Cochran sobre el espectáculo, que forma parte de la temporada de estrenos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

Inspirada en la pintura del mismo nombre, del pintor y bailarín colimense Rafael Zamarripa, la obra incorpora teatro y lectura de textos de Robert Frost, Jorge Luis Borges y Arthur Golden. La música, parte en vivo, es diversa: desde un solo para chelo clásico, el grupo disco setentero Earth, Wind & Fire hasta la banda norteña de El Chapo de Sinaloa.

Reto para cuatro bailarines

La historia comenzó con una vida de cuadritos, cuando hace más de ocho años Duane Cochran fue invitado por Zamarripa a dar una conferencia en la Universidad de Colima.

“En la vivienda del pintor vi La casa de Betty y me quedé horas observando todos los detalles. Al parecer era porque un funcionario le ponía trabas, peros y barreras en todo lo que hacía. Y pensé que un día tenía que hacer algo.”

El funcionario murió y Zamarripa dirige uno de los mejores ballets folclóricos del país. Es el fin de la historia, según Cochran, quien también es un destacado pianista.

La cómica escena de un chavo abandonado que comete tres intentos fallidos de suicidio, una chica frívola que vive de fiesta en fiesta rodeada de falsos amigos, alcohol y drogas, pero en realidad está muy sola, y la de un cuarentón apegado a las cosas y sus recuerdos son algunas de las historias de la gigantesca casa de muñecas que, en lugar de muebles, exhibe las desventuras humanas. Son situaciones en las que cualquiera de nosotros puede identificarse.

El director de la compañía Aksenti Danza Contemporánea explica que ha sido un reto para los cuatro bailarines, porque implica actuar y leer, algo a lo que no están acostumbrados. Parte pilar es el trabajo de Hilda Valencia, directora teatral, quien les impartió un taller de actuación.

El escenario, diseñado ex profeso, es del tamaño de todo el foro. Fue creado por el arquitecto Alejandro Correa e ilustra las diferentes habitaciones de una casa, cada una amueblada.

Cuando vi el plano virtual pensé: ¡ay!, yo quisiera tener mi casa así, exclama el artista de origen estadunidense, con acento ligeramente extranjero después de 33 años de residir en México, quien dirige la compañía independiente, que cumplirá 20 años en 2012.

La casa de Betty se presentará del 20 al 22 de agosto en el Teatro de la Danza (Reforma y Campo Marte); una semana después en la Preparatoria 8 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), función que surgió a partir de la experiencia de Duane Cochran como integrante de la Orquesta Filarmónica de la UNAM, durante la pasada gira por prepas y facultades. Y a finales de septiembre viajará a Colima, donde reside su par pictórica.