Al cumplirse 93 días del plagio del panista Diego Fernández de Cevallos, la última vez que su familia tuvo alguna prueba de que el ex candidato a la Presidencia de la República sigue con vida fue el pasado 9 de agosto, de acuerdo con información obtenida en círculos oficiales.

Las fuentes consultadas señalaron que siguen las negociaciones de Antonio Lozano Gracia, ex procurador de la República, con los plagiarios, para lograr la liberación del también llamado Jefe Diego.

Oficialmente, el pasado 14 de mayo, alrededor de las 22:30 horas, Fernández de Cevallos fue privado de su libertad cuando pretendía ingresar a la casa principal de su rancho La Cabaña, que se localiza en el municipio Pedro Escobedo, en el sur de Querétaro.

El gobierno federal y las autoridades locales desplegaron todas las instancias de inteligencia civil y militar para localizar al ex senador, de quien únicamente se ha podido reconstruir la manera en que fue sorprendido y sacado de su propiedad por un grupo de hombres armados, de los que se desconoce la organización a la que pertenecen.

Las investigaciones ministeriales oficialmente se suspendieron desde el 22 de mayo, un día después de que públicamente la familia lo solicitó, luego de que el grupo de secuestradores lo exigió a la familia del panista.

Retorno a escena

Sin embargo, el caso Fernández de Cevallos y las actividades de éste retornaron a la escena política nacional luego de que el ex presidente de Cuba Fidel Castro Ruz señaló que entre 2003 y 2004 hubo un complot político para afectar electoralmente a Andrés Manuel López Obrador y que el panista fue uno de los principales instigadores.

Las fuentes consultadas señalaron que la familia de Fernández de Cevallos ha mantenido las negociaciones con los plagiarios y se desconoce si ya se alcanzó un acuerdo en el monto del rescate.

Los entrevistados refirieron que los hijos del panista han recibido diversas pruebas de vida que han ido desde fotografías hasta grabaciones de audio y al menos una llamada telefónica en la que pudieron escuchar al plagiado.