El creador de la saga Rocky escribió y dirigió la cinta, que se estrenará el 13 de agosto
Actúan Mickey Rourke, Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger y Dolph Lundgren, entre otros
Sábado 7 de agosto de 2010, p. 9
Los Ángeles, 6 de agosto. A sus 64 años, Sylvester Stallone ha vuelto a la cartelera con todo el músculo y la testosterona que hacen falta para levantar a los nostálgicos.
Quizá por eso es probable que tenga éxito The Expendables, la película más reciente de un Stallone que se niega a envejecer. Se trata de una cinta de acción con todos los ingredientes clásicos del celuloide de los años 80, que verá la luz en salas de cine de Estados Unidos el próximo 13 de agosto.
Así, en unos días los nostálgicos volverán a tener sus dosis de adrenalina, frases cortas y violencia sin tapujos, en una película escrita y dirigida por un Stallone deseoso de terminar con su ausencia de la gran pantalla, agobiado por el implacable paso de los años.
Dice sin pena, que nota en el cuerpo los rigores de un rodaje de una cinta de acción, pero que pese a todo lo disfrutó mucho, en parte porque es su trabajo de principio a fin. De hecho, escribió el guión a mano y no en computadora, con la que nunca ha podido lidiar. El resultado es un largometraje con mucho movimiento, lleno de tópicos, pero entretenido, y con ciertas dosis de humor, apoyado en la vuelta a escena de rostros conocidos como el del sueco Dolph Lundgren (el boxeador ruso de Rocky IV), así como otros conocidos del cine de acción, como Bruce Willis o el actual gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, quien en la cinta protagoniza una irónica y nostálgica charla con Stallone, con quien compitió en músculo en los cines de las décadas de los 80 y 90.
Mercenarios contra dictador
Pese a su edad, el actor de origen italiano, conocido por sus exitosas sagas de Rocky y Rambo, aguanta bien el asalto a un ficticio régimen dictatorial en algún lugar de América Latina. Junto con su grupo de mercenarios, todos expertos en asaltos en los lugares más peligrosos del mundo, se dispone a atacar una isla fuertemente custodiada por un ejército armado hasta los dientes.
En la isla, Stallone no sólo se encuentra con una misión dura de pelar, sino que descubre el amor tardío con una joven lugareña a quien pretende rescatar a toda costa y que resulta ser la hija del dictador.
En la trama también se ven envueltos ex agentes de la inteligencia estadunidense con negocios ilícitos de narcotráfico que le dan cierta emoción a la trama, aunque al final de lo que se trata es de ver lo que le queda de superhombre.
El protagonista de Tango y Cash corre por una plataforma en llamas, se pelea con sus habituales gestos de rabia y dolor con el más duro de los enemigos, y aún tiene tiempo para mostrar su lado más sensible con la chica. Después, regresa a lo que más le gusta, a la camaradería de sus colegas, a la conversación banal una vez que la misión ha llegado a buen puerto.
En esas labores se entiende bien con otro habitual en el género, el renacido Mickey Rourke, quien también tiene un pequeño papel en la cinta, financiada en gran parte por el propio Stallone.
El director, actor y guionista reconoce que las películas con gran carga física empiezan a quedar fuera de su alcance, pero que Hollywood se niega a darle papeles dramáticos, más adecuados a su edad. Lo que quiere el público de mí es acción, aunque encantado haría otras cosas
, asegura.
Pese a todo, afirma sentirse colmado profesionalmente tras haber hecho la sexta parte de Rocky, Rocky Balboa, trabajo con el que hizo taquilla y con el que se sacó la espina de las duras críticas a su trabajo en Rocky V, cinta de la que siente que no tuvo tanto control.
También remató su otra saga, Rambo, con la cuarta entrega en 2008, otro éxito de público que logró recaudar 112 millones en todo el mundo. Aunque asegura que no está tratando de estirar el chicle más de la cuenta por motivos económicos, no descarta volver con otra secuela de esta nueva cinta, otra aventura de los chicos de The Expendables, para regocijo de sus miles de incondicionales en el planeta.