Opinión
Ver día anteriorLunes 2 de agosto de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Valle de Chalco y áreas vecinas: fin de la pesadilla
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espués de muchos años, miles de familias del cada vez más poblado Valle de Chalco, Ixtapaluca y áreas vecinas, duermen tranquilas pues las aguas negras no invadirán más sus viviendas, negocios y calles de las colonias donde viven. Cada año sufrían la pérdida de su patrimonio y la infraestructura pública destrozada al ser insuficiente la red para captar el agua de lluvia, la de los asentamientos humanos y de los ríos del poniente de la cuenca de México. José Luis Luege, titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), anunció el fin de la pesadilla al informar el fin de las obras que impedirán las inundaciones, la última en febrero pasado.

Pero suele ocurrir que cuando los funcionarios anuncian un logro, aparecen los aguafiestas, como los ediles de Ixtapaluca y Valle de Chalco, que temen próximas inundaciones pues el canal que atraviesa la zona de sur a norte incrementó su caudal recientemente y está a 90 por ciento de su capacidad, mientras los hundimientos del suelo agravan los desniveles del canal y áreas circundantes, lo que obliga a bombear las aguas negras para enviarlas fuera de la cuenca.

Compartimos con reservas el optimismo del titular de la Conagua, pues persisten las causas que originaron las inundaciones en el oriente y resto de la cuenca. Hay una, fundamental, que el licenciado Luege mencionó hace justo dos años, cuando puso en su lugar a las autoridades del estado de México y el Distrito Federal por hacer lo contrario de lo que dicta la sensatez: alentar nuevos asentamientos humanos en áreas agrícolas o de reserva que son básicas para captar el agua de lluvia y alimentar con ella los acuíferos. Luege se refería a los nuevos desarrollos autorizados por las instancias locales en los municipios conurbados de Los Reyes La Paz, Chalco, Ixtapaluca, Cuautitlán, Tlalnepantla, Coacalco y varios más. Criticó por eso a los gobernantes de ambas entidades federales aprovechando la reunión del Consejo de Cuenca del Valle de México (no sesionaba desde hacía 12 años), y que se celebró en las instalaciones de una compañía cervecera. Anotemos que para producir un litro de cerveza se requieren cuatro de agua.

En esa reunión se informó que todos los acuíferos de la cuenca están sobrexplotados al máximo. Entre otros motivos, para abastecer de líquido nuevos asentamientos, servicios y negocios. Extraer dos, tres, cuarto, cinco veces la capacidad de recarga es una locura, dijo Luege a los presentes, porque cada día extraemos de mucho más profundidad y los hundimientos son constantes. De paso anunció la construcción de seis megaplantas de tratamiento a fin de no sacar ya tanta agua del subsuelo.

Pero no todo fue regaño por parte de Luege, pues reconoció el esfuerzo del gobierno de la capital del país para tener en buen estado el emisor central, el drenaje profundo, y reducir así la posibilidad de inundaciones generalizadas en buena parte de la ciudad. Meses antes había dicho que el drenaje tenía fallas estructurales.

Un año después del regaño, se fracturó el emisor poniente, construido hace cuatro décadas y ya insuficiente para desalojar las aguas negras de los nuevos desarrollos inmobiliarios del norte de la cuenca, uno de los cuales, Valle Dorado, sufrió una grave inundación. No volverá a ocurrir algo semejante gracias a otra obra que presume Luege: el emisor dos, costoso proyecto para sacar el agua de la cuenca, no para retenerla en ella, como debía ser la prioridad.

La inundación de Valle Dorado sirvió para que el Secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan Elvira Quesada, anunciara una iniciativa del gobierno federal para tomar el toro por los cuernos y frenar la expansión anárquica de la metrópoli sobre las áreas que sirven para recargar los acuíferos. Además de nuevas medidas para tratar las aguas negras, captar las de lluvia y lograr el uso racional del líquido en hogares, empresas, comercios y servicios públicos. Seguramente por los asuntos que ocupan prioritariamente el tiempo de Elvira (la próxima cumbre sobre el clima y su pre campaña a la gubernatura de Michoacán por el PAN), la iniciativa no aparece. En cambio sí la amenaza de nuevas inundaciones en la cuenca.