La muerte de Ignacio Nacho Coronel, uno de los cuatro líderes del cártel de Sinaloa que controlaba tres entidades ubicadas en el Pacífico, no va a terminar con el poderío de esa organización criminal compuesta por una especie de federación de bandas de narcotraficantes y puede derivar en una escalada de violencia imparable, porque otros cárteles disputarán el control de las rutas para el tráfico y distribución de drogas en Jalisco, Nayarit y Colima, aseguró el periodista José Reveles, especialista en temas de seguridad nacional y delincuencia organizada.

Agregó que la acción militar en la que cayó abatido ese capo de la droga demuestra el interés del gobierno federal por descabezar a las organizaciones criminales que operan en México, con la intención de atomizarlas y disminuir su poderío, en una especie de copia fiel de la estrategia que aplicó el gobierno de Colombia en los años 90 del siglo pasado.

“Con esta muerte queda claro que no hay un cambio de estrategia (en el gobierno del presidente Felipe Calderón). Otra vez es el ataque a las cabezas de los cárteles, pero tú, gobierno, puedes matar, encarcelar o extraditar a un capo de la droga y el negocio sigue fluyendo. No es descabezando a los líderes de estas organizaciones como se debe combatir y ganarle la guerra al narco”, sostuvo.

Aumentará violencia

Autor de Las historias más negras del narco (Edición Debolsillo) y El cártel incómodo: el final de los Beltrán Leyva y la relación con El Chapo (Grijalbo Mondadori), Reveles (1944, Distrito Federal) explicó que la estrategia anticrimen del gobierno federal no sólo no funcionará, sino que traerá un resultado contraproducente, como la posibilidad del recrudecimiento de la violencia en los territorios donde se deja un hueco tras la muerte de un importante narcotraficante como lo fue Coronel.

Destacó que estamos frente a un panorama en el cual la parte del Pacífico, principalmente Jalisco, podría volver a ser el Jalisco sanguinario de la década de los 80 y 90.

La muerte de Coronel “parece ser la muestra de que se rompió un acuerdo (entre autoridades y la gente del capo) que mantenía Jalisco en calma. Mi temor, mi sospecha, es que puede desatarse en esa zona una gran guerra entre grupos criminales, como Los Zetas, que busquen ocupar el control de ese territorio”, destacó Reveles.