Mejor que otras y la última en la administración del gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz
Miércoles 28 de julio de 2010, p. 13
Más de 150 mil turistas, derrama por 215 millones de pesos y más de 50 mil espectadores en las cuatro presentaciones
Con un estadio repleto, la cuarta y última presentación de las fiestas de la Guelaguetza volvió a hermanar a los oaxaqueños con los visitantes de diversas partes del país y el mundo, como Rusia, Alaska, Australia y Finlandia, ratificando con ello sus orígenes indígenas de dar y recibir
y reflejando la inmensa riqueza que guardan cada una de las ocho regiones de la entidad con sus bailes, danzas, música, costumbres y tradiciones.
Las fiestas de la Guelaguetza 2010 rebasaron las expectativas en cuanto a afluencia turística, más de 150 mil, así como los ingresos por esta celebración, que dejaron una derrama por 215 millones de pesos.
Como cada año, Oaxaca demostró por qué es la capital cultural de México. Así lo demostraron las expresiones de oaxaqueños y visitantes, quienes una y otra vez expresaron el deseo de volver a estar en una celebración de este tamaño.
El cierre de la Guelaguetza, el pasado lunes, fue el más espectacular, la expresión artística más vista, admirada y aplaudida por los más de 50 mil espectadores que vitorearon el folclor del pueblo de Oaxaca.
El arte de las delegaciones provenientes de las ocho regiones y la quema de fuegos artificiales, que iluminaron el cielo majestuoso de la bóveda celeste oaxaqueña, emocionaron a todos los que tuvieron el privilegio de presenciar un espectáculo único en el país.
Coincidieron en que la Guelaguetza 2010 fue soberbia, inigualable, inolvidable. Mejor que otros años y la última en la administración del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, quien ratificó así su convicción de convertir el turismo y la cultura en los motores económicos de Oaxaca, expectativas que, señalaron los visitantes, quedaron superadas en todos los ámbitos.
Cada una de las cuatro presentaciones tuvo lugar en un estadio repleto, en el que no quedó espacio vacío, y que provocó expresiones de alegría en los múltiples espectadores.
La Guelaguetza reflejó otra vez la inmensa riqueza que guarda cada una de las ocho regiones de la entidad con sus bailes, danzas, música, costumbres y tradiciones.
De acuerdo con la Secretaría estatal de Turismo, la Guelaguetza dejó ganancias por más de 215 millones de pesos y una asistencia de más de 150 mil turistas, además de una ocupación hotelera superior a 80 por ciento.
La industria gastronómica no tuvo descanso. Las ventas de artesanías y arte resultaron muy satisfactorias para los prestadores de servicios. Estos resultados fueron reconocidos por el sector empresarial, el cual externó su beneplácito al gobierno del estado por ser un fuerte promotor de la cultura oaxaqueña dentro y fuera de México.
Una fiesta de color, magia y alegría sin igual fueron los elementos que acompañaron esta celebración. La Guelaguetza del Bicentenario 2010 dio la vuelta al mundo y se fortaleció como la máxima expresión pluriétnica de América Latina.
Los miles de oaxaqueños, turistas nacionales y extranjeros quedaron satisfechos con esta festividad. La calificaron de magnífica, hermosa, portento de manifestación cultural. Folclor ciento por ciento Oaxaca.
La Guelaguetza forma parte de los cultos populares a la Virgen del Carmen, es una palabra de origen zapoteco que designa la acción de ofrendar, compartir o regalar. Los orígenes de la celebración se remontan a la época prehispánica. De acuerdo con algunos investigadores, tiene lugar en la época de la conquista mexica del valle de Oaxaca, y de este modo estaría relacionado con Xilonen, la diosa del maíz tierno. Para otros, es posible que los ritos zapotecos del culto a Pitao Cozobi, también dios del maíz, hayan sido el antecedente más antiguo.