Anatomía de un instante, novela sin ficción
del golpe de Estado fallido de 1981
Domingo 25 de julio de 2010, p. 3
Desde los pros y los contras de la actual democracia española –como la justicia que aún no se cumple del todo tras la represión del franquismo o, a la inversa, como las amplias libertades y la prosperidad logradas en los pasados 30 años–, el escritor Javier Cercas decidió aislar y escarbar
en un instante clave de la transición política en su país: el fracasado golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
De ese momento de la historia española, Cercas tomó además a tres de los protagonistas clave: en primer lugar, el presidente Adolfo Suárez; el general y vicepresidente del gobierno en funciones, Manuel Gutiérrez Mellado, y el diputado comunista Santiago Carrillo.
Así armó su nuevo libro: Anatomía de un instante (Random House Mondadori), crónica-ensayo-biografía-novela sin ficción
, en la que el escritor catalán escudriña ese episodio histórico, cuando, pistola en mano y al mando de un grupo de guardias civiles, el teniente coronel Antonio Tejero tomó el Congreso de los Diputados, donde se realizaría la elección como nuevo presidente de Leopoldo Calvo Sotelo.
Con el asalto militar, el complejo proceso de la transición española, que buscaba dejar atrás la dictadura franquista y arribar a una democracia formal, ingresaba en unas horas de riesgo, de las que la televisión local logró grabar 35 minutos climáticos, quizá el único documento audiovisual sobre un golpe de Estado, del que, sin embargo, sólo se difunden unos cuantos segundos cada 23 de febrero.
Por fortuna, la intentona golpista falló tras la intervención de varios actores políticos, como el rey Juan Carlos, se encarceló a varios de los responsables –como Tejero y, sobre todo, al capitán general Jaime Milans del Bosch y al general Alfonso Armada–, y en lugar de una regresión se logró destrabar la democratización.
Los tres personajes destacados por el escritor fueron de los muy pocos que no se tiraron al suelo ante los balazos al aire de Tejero y su gente, y ante los gritos de ¡Quieto todo el mundo!
Supieron mantener la entereza; Gutiérrez Mellado, incluso, increpó al teniente coronel insubordinado.
El motor del libro
, comenta Cercas en entrevista, es por qué, durante la balacera, no se escondieron en sus escaños los tres tipos
más visibles en las históricas imágenes videograbadas.
Como muchos en España, el narrador solía despreciar la figura política de Suárez, al principio delfín del franquismo y luego traicionero
de éste al tomar medidas de gobierno en favor de la democracia. Suárez también fue una figura cuestionada por la izquierda debido a su pasado franquista y sus políticas gubernamentales centralistas.
Ahora todos lo adoran, lo han convertido en santo, pero no es cierto.
A Javier Cercas, Suárez le representa ahora, con todos sus claroscuros, una pieza clave en el impulso de la transición española, que además mostró el coraje necesario ante el asalto militar al congreso.
Yo tenía una muy mala opinión de él; creo que finalmente el libro es una apología del personaje, sin ocultar sus miserias. Es un héroe de la traición, como muchos del siglo XX.
Del general Gutiérrez Mellado, dice, muchos militares consideraron que también había caído en la traición, porque tras una carrera a la sombra de la dictadura, acabó con el ejército de Franco y construyó un ejército democrático. Igual dijeron los camaradas del diputado comunista Carrillo, quien abandonó el ideal de la República y movió sus posiciones hacia la socialdemocracia.
Tenemos una ética de lealtad pero no una ética de la traición. Y a veces la traición es mucho más honesta, noble y difícil. Hay que ser mucho más valiente para traicionar ideales equivocados y construir un acierto. Traición es una palabra despectiva, hay que cambiarle el significado. Enzensberger les llama héroes de la retirada, porque son héroes de la negociación y a veces del engaño, en vez de ser el héroe clásico del triunfo y la conquista. Son héroes muy complejos que propician cambios extraordinarios.
El autor de novelas como Soldados de Salamina, reflexiona: “Hay instantes significativos en la historia. Y este es un instante vital desde el punto de vista de los tres personajes del libro, quienes ahí decidieron su destino y supieron quiénes son, a la manera que lo dice Borges. Hay un momento en la vida de la gente en que sabe quién es: un cobarde, un valiente, una persona decente, un hijo de puta. Pero además es un momento clave para el país entero, pues en ese momento también se decide su destino.
“En ese instante del 23 de febrero termina la transición española y empieza la democracia, termina la posguerra, que ha sido larguísima, y termina la guerra, porque la posguerra (franquista) no fue más que la prolongación de la guerra por otro medio. Marx decía, y por cierto esto se ha interpretado muy mal, que la violencia es la partera de la historia. No sé si es la partera, pero sí es la cantera de la historia. Difícilmente se puede cambiar la historia sin violencia.
La transición española fue un intento de cambiar la historia sin violencia, es decir, de pasar de una dictadura a una democracia sin violencia. No podía ser. Ese instante, los tiros de ese momento, son los que cambiaron la historia. La violencia del golpe de Estado fallido es la que facilita y propicia la democracia. Sin este golpe de Estado, y esta es una hipótesis literaria, no hubiésemos tenido una democracia de verdad en España.
Recuerda que en España sólo se han transmitido en una ocasión los 35 minutos del video del golpe. ¿Por qué?, se le pregunta. No lo sé, no tengo respuesta para esa pregunta, no sé si alguien la tiene. No son las imágenes más halagadoras posibles para la clase política española de aquel momento. Son 35 minutos donde apenas ocurre nada, pero ocurre todo. Las he visto centenares de veces, es como si escondieran un secreto. Son las imágenes más fascinantes que he visto en mi vida. Y por eso todo el libro gira en torno a ellas.
Comenta: España es una democracia, podría ser mucho mejor de lo que es, pero los últimos 30 años han sido los de mayor prosperidad desde el siglo XVIII
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