México fue el país de Latinoamérica con mayor caída de su producto interno bruto durante la crisis de 2009 y en 2010 tendrá un crecimiento por debajo del promedio de las economías de la región, indicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El organismo de Naciones Unidas estimó que este año la economía de la región tendrá un crecimiento de 5.2 por ciento, dentro de una tendencia a la recuperación más rápida en 2010 que en 2011, con una proyección de 3.8 por ciento.

Para el caso específico de la economía mexicana, la Cepal prevé un incremento de 4.1 por ciento de su producto interno bruto durante el año en curso, casi la mitad de la expansión de 7.6 por ciento esperada para Brasil, que en 2011 estará a la cabeza del crecimiento de las economías de la región, seguido de Uruguay, con 7 por ciento, igual que Paraguay; Argentina con 6.8, Perú con 6.7 y la República Dominicana con una expansión de 6 por ciento.

Pero después de esta fase de recuperación rápida de la economías latinoamericanas y caribeñas –a excepción de Haití que decrecerá 8.5 por ciento–, el futuro plantea interrogantes y esperamos un entorno internacional menos favorable, en el que se destaca menor crecimiento en la economía estadunidense, incertidumbre y ajuste en algunas economías europeas y mayor volatilidad en los mercados internacionales, planteó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.

Al dar a conocer el Estudio económico de América Latina y el Caribe 2009-2010, la economista mexicana sostuvo que los países de la región requerirán de mayor inversión una vez que el uso de su capacidad instalada llegue a 80 por ciento este año, mientras la capacidad de hacer políticas públicas se ha reducido.

Es posible, dijo, que el crecimiento económico y el empleo de este año contribuyan a atemperar la pobreza de la población de menores ingresos, que fue la más afectada durante la crisis, pero es indispensable aplicar políticas redistributivas para disminuir las grandes diferencias de ingreso que caracterizan a la región. Hay que aplicar políticas específicas de salarios mínimos, salud y educación para reducir las desigualdades. La crisis elevó de 180 a 189 millones el número de personas en pobreza en la región, dijo.

El documento, explicó, aborda el desafío de perseverar en el control de los equilibrios macroeconómicos, pero no a costa de competitividad para poder aprovechar las oportunidades que presenta el comercio internacional. Es necesario, señaló, impulsar un aumento de la inversión en infraestructura y en capacidad productiva, y con ello permitir aumentos de productividad con salarios reales altos.

En forma simultánea, especificó, se deben mantener políticas públicas que apunten a la protección de los sectores vulnerables y fortalecer el vínculo entre crecimiento económico e igualdad: igualar para crecer y crecer para igualar. En este punto, la secretaria ejecutiva de la Cepal manifestó: sólo se puede crecer con igualdad.

Sobre esto, la segunda parte del estudio de la Cepal presentado por el organismo aborda el efecto distributivo del crecimiento y de la volatilidad macroeconómica sobre los mercados de trabajo, y delinea políticas para contrarrestarlos.

Entre sus principales conclusiones propone generar mayor espacio fiscal, aumentar los recursos tributarios dentro de una estructura más equitativa que reduzca la evasión y atenuar las características procíclicas del gasto social; así como avanzar en la universalización de la protección social, fortalecer las instancias de coordinación y los mecanismos de financiamiento para que la descentralización del gasto en salud o educación no implique la ampliación de las brechas distributivas.