Lunes 19 de julio de 2010, p. 27
Houston, 18 de julio. El gobierno estadunidense ordenó a British Petroleum (BP) que presente un plan para la reapertura del pozo sellado el pasado jueves que frenó la fuga de petróleo en el Golfo de México, luego que ingenieros detectaron una filtración, se informó al cierre de esta edición.
Horas antes la trasnacional había descartado tener que reabrir la fuga de petróleo en el Golfo de México, ya que por el momento
no hay problemas con el exceso de presión en el cilindro colocado para sellar el vertido. Sin embargo, Thad Allen, responsable del gobierno estadunidense en los operativos de limpieza, no se mostró favorable a la estrategia.
Por ahora no tenemos intención de reabrir el pozo
, afirmó el directivo de BP Doug Suttles en Houston, donde se ubica la sede de la petrolera británica en Estados Unidos.
Petrolera: el pozo seguirá cerrado
Por primera vez BP anunció la posibilidad de que el pozo permanezca cerrado hasta que se selle definitivamente en las próximas semanas gracias a la excavación de pozos de derivación.
La petrolera detuvo el jueves la fuga de crudo por primera vez desde el comienzo de la catástrofe el pasado 20 de abril, cuando la plataforma Deepwater Horizon explotó y se hundió.
El pozo está cerrado y la presión aumenta lentamente
, lo que es una muy buena señal
, declaró Suttles.
Las pruebas en el tubo de extracción, de varios kilómetros de extensión, fueron realizadas con éxito hasta ahora. Sólo en caso de que la presión aumente considerablemente en el conducto sería necesario abrir las válvulas para permitir la salida del crudo.
En ese caso se intentaría bombear el petróleo desde la fuga, a unos mil 500 metros, de profundidad a buques cisterna en la superficie.
El almirante Thad Allen no se mostró hoy claramente en favor de la estrategia de BP.
En un comunicado, las pruebas efectuadas en el nuevo cilindro indicaron que la presión no sube tal como se esperaba. De acuerdo con Allen, esto podría ser indicio de que existe una fuga en la cañería que se encuentra por debajo del lecho marino, o que las reservas del pozo, después de tres meses de fuga permanente a las aguas, se estén agotando.
La Agencia Internacional de Energía estimó que entre 2.3 millones y 4.5 millones de barriles de petróleo se derramaron en el mar.