Caracas, 18 de julio. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, afirmó hoy que la acusación del gobierno de Colombia sobre la supuesta presencia de líderes guerrilleros colombianos en el país vecino forma parte de una campaña orquestada por Estados Unidos contra los “proyectos de soberanía que se adelantan en América Latina.

Las irresponsables declaraciones del ministro de Defensa, Gabriel Silva, el jueves pasado, son un guión imperial y están relacionadas con otros hechos y afirmaciones recientes en contra de Venezuela, escribió el mandatario en su columna Las Líneas de Chávez.

Algunos de los datos mencionados por Chávez son la “presencia sorpresiva y sin explicaciones de miles de marines en Costa Rica”; el descubrimiento de los planes de desestabilización violenta tras la captura del terrorista salvadoreño Francisco Chávez Abarca; la detención de Alejandro Peña Esclusa con material explosivo en su poder; la pretensión del Senado chileno de inmiscuirse en las elecciones legislativas venezolanas de septiembre con observadores parlamentarios.

¡Vaya panorama! Seríamos ingenuos si a esta suma de agresiones no le damos una lectura en conjunto. Todo está relacionado y en perfecta conjunción. Pienso que estamos delante de una reactualización de la doctrina imperial estadunidense, que se enfrenta a los nuevos proyectos de soberanía que se adelantan en nuestra América, apuntó Chávez.

Las acusaciones hechas por el gobierno del presidente Álvaro Uribe, que el 7 de agosto entregará el poder, fueron criticadas por los ex mandatarios colombianos Ernesto Samper (1994-1998) y Andrés Pastrana (1998-2002) por generar un conflicto diplomático a su sucesor Juan Manuel Santos, cuando resta menos de un mes para el traspaso del poder.

En tanto, en París, Ingrid Betancourt, quien pasó seis años en cautiverio en campamentos rurales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, informó haber renunciado a la oferta del Fondo de Garantías para las Víctimas de Francia.

Betancourt, quien tiene las nacionalidades colombiana y francesa, hizo este anuncio después de haber sido blanco de críticas en Colombia por haber iniciado trámites judiciales para reclamar al Estado colombiano una indemnización de unos ocho millones de dólares, por no haberle proporcionado la seguridad necesaria para evitar la retención en campos guerrilleros.

Ante la cascada de críticas, Betancourt dijo primero que su exigencia de indemnización era simbólica, y al no cesar la polémica dio por concluidas sus gestiones para la demanda.