Combatirán la imagen de desolación que hay en la colonia por trabajos de la supervía
Se conforma un comité de cultura para darle vida a la zona, que parece bombardeada
Autoridades generaron confusión entre los residentes para minar la resistencia: vecinos
Domingo 18 de julio de 2010, p. 30
Con la finalidad de combatir la imagen de desolación que actualmente se percibe en La Malinche, este lunes artistas gráficos plasmarán sus obras en las ruinas de los inmuebles expropiados por el Gobierno del Distrito Federal.
Tras participar en el foro Movimientos ciudadanos y vecinos por las áreas verdes que se realizó ayer en el Club de Periodistas, Mónica Tapia, integrante del movimiento Prociudad Procontreras, señaló: “se decidió instalar un comité de cultura para darle vida a la zona expropiada, que parece una ciudad bombardeada. La Malinche es una comunidad con mucho tejido social, donde toda la gente se conocía. Pero el gobierno, con el único objetivo de edificar la supervía, no sólo ha destruido el barrio sino que también difundió rumores y quebrantó la confianza entre vecinos, pues piensa que con ello va a minar la resistencia civil que se ha construido.”
El comité de cultura se sumará a otros grupos ya establecidos, como el de vigilancia. Las actividades que se realizarán en calles como Rosa Norte, andadores Durazno y Malinche no se limitan a artes plásticas, pues también se tiene proyectada la presentación de creadores de otras áreas, como la música. La idea es revivir
la zona y hacerlo pensando en el tipo de comunidades que se deben construir
en la ciudad de México.
El asentamiento de La Malinche comenzó hace más de 50 años y entre los primeros habitantes que llegaron a los terrenos, ubicados a un costado de la zona de reserva ecológica La Loma, se encuentran las integrantes de la Compañía de María.
Josefina de la Torre, religiosa de dicha congregación, afirma que las autoridades se dedicaron a crear confusión e incertidumbre entre vecinos y familiares como parte de la estrategia que se utilizó para concretar el proceso de expropiación.
Ha sido mucho dolor. Afirman que fueron 51 predios, pero lo que no dicen es que afectaron a más de 280 familias. Muchas de ellas se han desbaratado a partir del 6 de abril (día en que se publicó el decreto de expropiación). Fue el propio gobierno quien provoco las pugnas internas. También minaron el tejido social, pues hay vecinos de toda la vida que ya no se hablan. Las autoridades actuaron de manera muy astuta, planearon todo para no empañar su imagen y conseguir lo que querían.
Por último, Daniel Gershenson, quien al igual que Mónica Tapia acudió al foro de organizaciones que defienden las áreas verdes de la ciudad, aseguró: el gobierno de la ciudad se declara ambientalista, pero esa afirmación es de dientes para afuera. Pregonan en el extranjero lo que no implementan aquí. En noviembre se va a realizar una cumbre de alcaldes en una ciudad devastada. Una ciudad que no tiene árboles y que en cambio sí cuenta con obras viales pésimamente diseñadas, desde el punto de vista ambiental.