La poeta Natalia Toledo describe a su padre, Francisco Toledo, como un hombre apasionado que se involucra en cada proyecto que realiza, no sólo en el aspecto económico.

“Él está –dice– en todo al crear los espacios, en pintarlos, arreglar los jardines, buscar las sillas del lugar. Es un hombre muy dedicado.

Siempre hay gente maravillosa que está a su alrededor, que lo quiere y apoya, pero me da pena que no hemos estado a la altura de su generosidad, lo digo como oaxaqueña, porque hay muchos oaxaqueños que con muchos recursos no aportan nada, absolutamente nada; al contrario ponen piedritas en el camino, pero el maestro ha sorteado como chapulín estos caminos que le quieren imponer y difamarlo.

Cuenta Natalia que cuando caminan por las calles de Oaxaca, por las plazas, la gente se acerca al artista para mostrarle su cariño: “La gente lo ama, por eso mi papá no necesita guaruras porque está arropado por el pueblo, y los que se molestan son porque no soportan que alguien les diga lo que está mal, pero quienes estamos conscientes y amamos nuestro estado siempre lo vamos hacer.

“Quiero hablar como su paisana, como juchiteca, como oaxaqueña –dice Natalia– para darle las gracias por las bibliotecas, por el amor que puso al ir a todas las librerías y comprar los libros para crear las colecciones de niños, jóvenes y otra para historiadores.”

La poeta recuerda que en su infancia, cuando el pintor estaba de viaje, tuvo oportunidad de acudir a la biblioteca del Centro Cultural de Juchitán, porque no tenía biblioteca en su casa y descubrir el mundo maravilloso de la lectura, porque ya conocía la fuente maravillosa de la oralidad.

El diseñador gráfico Germán Montalvo le rinde homenaje por sus siete décadas de vida con un cartel que juega con motivos prohibitivos. Su trabajo participa en la exposición colectiva Toledo70

“La biblioteca –a muchas generaciones– nos abrió puertas. Además, algunos nos atrevimos a escribir, ir a los talleres de poesía que se ofrecían en el centro cultural y leer toda la colección de arte, de fotografía, de antropología.

Podía ir a la biblioteca de Juchitán a buscar muchos libros y sentarme horas y horas a leer ese mundo maravilloso que ofrecen.

De acuerdo con Natalia Toledo, los espacios culturales fundados por el pintor que acercan a la gente con el arte, te ayudan a vivir un poco mejor, sobre todo porque permiten alejarte de la horrenda realidad a través de un libro o una exposición, que incluso proviene de otros países.

Finalmente la poeta expresa: Quiero felicitarlo por sus 70 años, pero también por todo ese trabajo que ha realizado en el Museo de Arte Contemporáneo, en el Centro Cultural de San Agustín Etla, el Instituto de Artes Gráficas, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, la Fonoteca Eduardo Mata, con todos esos lugares que ha compartido con el pueblo de Oaxaca.

A su vez, su hermana Sara, emocionada porque Francisco Toledo es un artista muy importante, dice: Lo quiero mucho y lo admiro. Se me hace increíble todo lo que hace , es una persona admirable; simplemente estoy orgullosa de él y uno sólo puede aspirar a una fracción de lo que es él.

Laureana, su hija, considera a Toledo un papá increíble, un pintor increíble y es el mejor.

El Dr. Lakra (Jerónimo López Ramírez), hijo del pintor mexicano, no estaba en la ciudad de México al cierre de esta edición.