En 1937 se consideró extinta el ave; hoy, gracias a un programa binacional, hay 366
La UNAM participa en el plan de recuperación de la especie
En vida silvestre pueden tener dos crías cada tres años y en cautiverio se logran tres, explicó el veterinario Fernando Gual Sill
Sábado 10 de julio de 2010, p. 5
El cóndor de California (Gymnogyps Californianus) habitó la costa del Pacífico desde México hasta Canadá y prácticamente todo el sur del territorio actual de los Estados Unidos. Se han encontrado evidencias de que esta ave vivió en el pleistoceno y que convivió con mamuts y tigres dientes de sable; sin embargo, en 1937, debido a causas antropogénicas, fue la última vez que se vio volar a uno en territorio mexicano.
Hoy, más de 70 años después, y gracias a un programa de recuperación binacional Estados Unidos-México, esta ave está empezando a reconquistar el cielo donde habitó desde hace centenares de miles de años. De 27 individuos con los que se inició este programa en la década de los años 80, hoy existen 366 cóndores, de los cuales, 20 viven en México, dos en el Zoológico de Chapultepec y 18 están libertad.
En entrevista, el médico veterinario Fernando Gual Sill, responsable en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) del proyecto Cóndor de California, que encabeza el Instituto Nacional de Ecología (INE), explicó que este programa de recuperación y reintroducción de esta ave comenzó en 1981 en los zoológicos de San Diego y Los Ángeles, Estados Unidos. Entre 1982 y 1987 se capturaron los que se supone eran los últimos 27 cóndores en vida silvestre, y con éstos, además de Topatopa, único cóndor que vivía (y vive) en cautiverio en el zoológico de Los Ángeles, se inició el programa de recuperación.
México se integra al programa
De esa población, siete fueron capturados en vida libre, siete eran crías y 13 fueron extraídos en etapa de huevo. A partir de ahí se hicieron tres clanes genéticos y se empezaron a hacer parejas. Como hay poca variedad sanguínea hay que cuidar la genética
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En 1998 Estados Unidos propuso a México participar del programa debido a que, históricamente, el cóndor también habitaba nuestro país, y en el año 2002 llegaron los primeros seis cóndores al aviario del Parque Nacional de la Sierra de San Pedro Mártir, Baja California. Tras un proceso de adaptación fueron liberados, y después de más de 70 años, en abril de 2007, nació la primera cría.
A mucha gente no le gusta el cautiverio, pero este programa está siendo exitoso gracias a los zoológicos, ya que en cautiverio se pueden hacer muchas cosas que en vida libre no se podrían, como incubaciones artificiales para poder obtener más pollos.
El veterinario explicó que los cóndores en vida silvestre pueden tener en promedio dos crías cada tres años, pero si durante la temporada de postura (de enero a marzo) pierden un huevo tienen posibilidades de poner otro.
Los polluelos criados en incubadora son alimentados y habituados a la impronta con títeres que simulan una cabeza de cóndor.
En el primer mes se les habitúa a sus padres con títeres que le dan de comer. Luego van a un aviario, donde ya tienen contacto visual con cóndores adultos, aunque siguen siendo alimentados con títeres. A los cuatro o cinco meses, cuando les salen plumas y dan los primeros vuelos, se juntan con un ave maestra que le enseña su vida de cóndor. En estos aviarios ya están aislados del hombre, son monitoreados con cámaras y alimentados a través de un tubo, para que se acostumbren a ser salvajes.
En la actualidad se liberan una 15 aves por año; a cada cóndor se le coloca un GPS en un ala y en la otra un aparato de telemetría para que los biólogos puedan conocer su paradero y su estado de salud.
El veterinario comentó que para que una población sea considerada estable debe tener al menos 150 animales para preservar sus genes hasta 100 años. Por tanto, de acuerdo con estimaciones de expertos, para asegurarse el éxito del programa habría que lograr tener 150 cóndores en California, 150 en Arizona y 150 en cautiverio.
Causas de su extinción
Las causas por las cuales el cóndor se fue extinguiendo fueron la caza, la pérdida de su hábitat, el uso agrícola de insecticidas, la electrocución del animal por el cableado de postes, la basura y el plomo de balas en los animales muertos que intoxican a esta ave carroñera.
Hoy, explica el experto, algunas de estas amenazas han desaparecido, pero se empiezan a vislumbrar otras, como las granjas productoras de energía eólica.
Estas torres gigantes con hélices representan un peligro para los cóndores y para todas las aves. Hoy no hay proyectos en la zona de cóndores, pero cuando estas poblaciones comiencen a crecer, volarán hasta lugares más lejos y si se encuentran con esas granjas entonces se acabará con una especie que se intenta recuperar.
Desde el año 2008, la UNAM se sumó a este programa con apoyo al equipo de campo en las actividades relacionadas con el examen clínico anual de cóndores. Un año más tarde, el equipo universitario lleva a cabo la propuesta de un programa reproductivo para el cóndor en México.