Johannesburgo, 8 de julio. El técnico de Holanda, Bert van Marwijk, reconoció que España, su rival de este domingo, tiene el mejor futbol y el más bonito de los tiempos recientes, pero confió en que su equipo tendrá el honor de batir a los ibéricos en la final del Mundial de Sudáfrica.

Así respondió el entrenador cuando se le preguntó si estaba de acuerdo con la idea de que la furia roja es la mejor selección del mundo en este momento.

Pero si bien respeto esta escuadra, no tengo en absoluto miedo. Nosotros también poseemos buenos argumentos. Esta final es un formidable desafío, pero tenemos mucha confianza, agregó Van Marwijk.

Destacó que tanto la naranja como los hispanos se temen. “Tengo mucha admiración por el juego sin balón de España. Lo que podrá marcar la diferencia es probablemente la concentración.

Preparo un partido, el de mi vida, para ser preciso, y estoy confiado, insistió, y aseguró que no le interesa la condición de favoritos con la que llegan los ibéricos a la final. Tampoco dio importancia a la presión que sentirán sus jugadores por disputar Holanda por tercera ocasión el título mundialista y evitó comparaciones.

Tenemos mucha admiración por aquel equipo (de 1974 y 1978), pero los tiempos han cambiado. No se pueden equiparar dos escuadras en una diferencia de 30 años, expuso Van Marwijk, quien aclaró que no busca vengar las derrotas en esas dos finales.

Vamos a jugar por todos los holandeses. Nunca pienso en venganza. Yo miro el partido sin entrar en consideraciones históricas o estadísticas, apuntó, sabedor de que si bien la naranja nunca ha ganado una Copa del Mundo, España tampoco.

En su intervención ante los medios de comunicación, el estratega defendió a su equipo de la supuesta dependencia de las acciones individuales de Arjen Robben y dijo: es un elemento del equipo, una de nuestras municiones. Tenemos varios jugadores capaces de crear daño.

Robben, a su vez, expresó: Hace poco perdí una gran final; eso no me pasa otra vez, en alusión a la caída de su equipo Bayern Munich ante Inter de Milán en la reciente Liga de Campeones.

Los aficionados holandeses reflejaron la confianza en su selección, al registrarse récords de venta de banderas para celebrar anticipadamente la victoria del cuadro de los tulipanes.