De mal en peor
De 6.55% hacia abajo
¿Hacia dónde con un promedio de crecimiento de 2%?
l Banco Mundial ha tenido la cortesía de ilustrar a los mexicanos sobre cómo les iría, en materia económica, en el sexenio calderonista: en el mejor de los casos, siempre y cuando se cumplan sus más recientes pronósticos, el crecimiento
promedio anual sería de apenas 1.75 por ciento, por abajo del registro foxista, y el menor desde tiempos de Miguel de la Madrid, cuando el neoliberalismo se instaló en Los Pinos y se implantó el modelo que prometió desarrollo y futuro venturoso para los habitantes de esta nación.
Lo anterior sólo confirma lo registrado a lo largo de los sexenios neoliberales: la economía nacional ha ido de mal en peor, escalera hacia abajo, pues del 6.55 por ciento promedio anual de José López Portillo, el crecimiento
mexicano se desplomó a 0.34 por ciento con Miguel de la Madrid; de allí subió a 3.9 por ciento con Carlos Salinas; descendió a 3.5 por ciento con Ernesto Zedillo; se redujo a 2.3 por ciento con Vicente Fox, y con Calderón aún más abajo, siempre que el pronóstico del Banco Mundial (Global Economic Prospects, actualizado a junio de 2010) sea correcto, aunque el organismo financiero multilateral no deja de subrayar los riesgos.
En campaña, el actual inquilino de Los Pinos prometió una tasa de crecimiento económico promedio anual de 5 por ciento; en los hechos, si bien va, lograría una tercera parte de lo ofrecido. En su primer año de estancia en la residencia oficial, el resultado fue una tasa de 3.2 por ciento; en el segundo, de 1.3 por ciento; en el tercero de -6.5 por ciento, y para el cuarto retomó el discurso de 5 por ciento. El Banco Mundial considera que si la situación internacional más o menos se mantiene, en 2010 la economía mexicana avanzaría 4.3 por ciento (que no alcanzaría para cubrir el cráter de 2009), 4 por ciento en 2011 y 4.2 en 2012, con lo que se obtiene el promedio anual en el sexenio: 1.75 por ciento (siempre y cuando, insisto, se conviertan en realidad las citadas estimaciones, las cuales se basan fundamentalmente en el comportamiento del sector externo y los resultados en Estados Unidos; la supuesta fortaleza
interna no la menciona).
Lejos, muy lejos de la realidad está el discurso calderonista: si el 3.9 de Salinas, el 3.5 por ciento de Zedillo y el 2.3 por ciento de Fox no alcanzó para absolutamente nada, especialmente en términos sociales, sólo hay que imaginar qué pasa con 1.75 por ciento, una proporción que representa un crecimiento
45 por ciento menor al registrado en el periodo 1989-1994; 50 por ciento por abajo del observado entre 1995 y 2000, y 24 por ciento inferior al de por sí raquítico comportamiento en el lapso 2001-2006. Y con esos resultados el inquilino de Los Pinos todavía se aventó la puntada de asegurar que en 2040 la mexicana sería la cuarta potencia económica mundial. Como chiste no sólo es muy malo, sino muy cruel. ¿Dónde puede llegar un país que, como México, en 30 años reporta una tasa promedio anual de crecimiento
ligeramente superior a 2 por ciento? Sólo es cuestión de caminar por las calles y darse una vuelta por el campo para encontrar la respuesta real.
En vía de mientras, el Banco Mundial estima que el comportamiento económico mexicano dependerá de una robusta
recuperación de las exportaciones (los productos más importantes, como automóviles y aparatos electrónicos). El consumo privado será factor de primera importancia pero, anota el organismo, lejos de fortalecerse se ha reducido, en cierta medida
, por el descenso en las remesas, mayores impuestos, incrementos en los precios administrados y los de alimentos, lo que está destruyendo el poder adquisitivo de los consumidores
. Sin embargo, subraya que el lento crecimiento en Estados Unidos tendrá un efecto directo en la economía mexicana, no sólo por el lado de las exportaciones, sino por el envío de remesas, reducida inversión proveniente de ese país y menor captación de turismo.
No pasan desapercibidos los efectos que para América Latina puede generar la crisis europea, derivada del alto endeudamiento y la fragilidad fiscal en varias naciones del viejo continente. En este sentido, el Banco Mundial indica que para Latinoamérica los vínculos financieros
(como le llama al dominio de las trasnacionales bancarias en el mercado regional) con algunas de esas naciones ha sido una fuente importante de capital para los sectores público y privado. Para el caso mexicano, alrededor de 90 por ciento del sistema financiero es de capital foráneo, y en este contexto los capitales españoles (BBVA-Bancomer y Santander, con suculentas ganancias en territorio azteca) se quedan con una gruesa rebanada. A pesar de ello, según el organismo multilateral, su presencia, para México, ha sido una fuente de resistencia y no de debilidad
.
El problema consiste no sólo en dejar de otorgar financiamiento en los países en que operan, sino que las trasnacionales bancarias europeas reviertan esa aparente resistencia
y una vez más decidan sacar del hoyo a sus respectivos países (lo que no sería novedad) con fondos captados en México y el resto de América Latina para enviarlos a sus respectivas matrices. No hay que dejar a un lado que, con la generosidad gubernamental, México se ha convertido es uno de los principales paraísos de los barones trasnacionales del dinero, a quienes no se les toca ni con el pétalo de un rosa, y en un caso como el planteado por el Banco Mundial el primero en la lista sería, precisamente, este país. En síntesis, apunta el BM, estarían en riesgo las naciones con sectores financieros estrechamente vinculados
a los países europeos altamente endeudados. Los bancos españoles son dueños de más de una cuarta parte del capital bancario en México
, y algo similar sucede en Chile y Perú.
Entonces, de ese tamaño es la fortaleza
y recuperación
de la economía mexicana, especialmente cuando el propio Inegi reconoce una reducción en la dinámica de crecimiento económico del país
.
Las rebanadas del pastel
Por medio de incuestionable decisión democrática, el inquilino de Los Pinos y su secretario de Comunicaciones y Transportes, el impune Juan Molinar Horcasitas, consolidaron la independencia
de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel): el hasta hace poco coordinador de asesores del propio Molinar, Mony de Swaan, se convirtió en el nuevo presidente del organismo… A juicio de los ministros de la SCJN, el registro de usuarios de telefonía celular (Renaut) no viola ni transgrede la garantía de privacidad y de inviolabilidad de comunicaciones
. ¿Pero qué tal los que se quedan con la información?