tilizar la dirección de una editorial de prestigio como terapia ocupacional para ex presidentes parece haber tenido sus consecuencias. Así, el Fondo de Cultura Económica ni vio ni oyó las preguntas que esta columna hizo en la entrega anterior (La Jornada, 21 de junio de 2010) acerca del libro La fabricación de nuevas patologías, del médico Emilio La Rosa, editado en 2009 por el FCE Perú, presentado aquí en diciembre, desaparecido de las librerías a las pocas semanas y, lo más grave, borrado del catálogo de la editorial.

La sandez como política de comunicación y la torpeza para comunicarse son dos de las muchas perlas que luce el presente régimen, pero preferir el silencio como respuesta a un piadoso se agotó la edición, prueba además que al descatalogar dicha obra el FCE no piensa reimprimirla, no obstante su hipotético éxito de ventas. Duele y alarma que una editorial que ha marcado rumbos del pensamiento en los países de lengua española, se sume a los intereses de las fuerzas más reaccionarias, en este caso la inhumana industria multinacional de la salud y sus voraces cómplices locales.

Sin embargo, la falta de respeto por las ideas esclarecidas y el silenciamiento de las denuncias que exhiben a las falsas democracias tienen cierto contrapeso en las propuestas ciudadanas. Así, sobre el desaparecido libro un lector sugiere que se puede solicitar directamente al autor que lo publique en Internet. Ganancias ya no va a tener. Ya no importa su libre distribución.

Otro: “Completamente de acuer-do. La prohibición haría que el libro fuera aún más leído. Que lo rolen por la red, podría tener tantos lectores como un best seller, un libro de altísimo interés para los que somos víctimas de la industria farmacéutica, es decir, todos o la gran mayoría (…) Si la ciencia ha de estar al servicio de la humanidad y a la vez ser un buen negocio, lo menos que podrían hacer es informarnos y mostrarnos todas las alternativas científicas para recobrar la salud, insisto, apegadas a la ciencia y no a los bisneros que por una lana gustan de drogar a diestra y siniestra”.

Y uno más: “he sabido de otros libros y documentales en video que desaparecen de un día a otro, al parecer son libros que se caracterizan por un certero contenido crítico hacia quienes ostentan el poder político, religioso y económico. Un ejemplo de ello son los documentales sobre la industria de la medicina siquiátrica…”

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