Bagdad, 4 de julio. El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró hoy en este país invadido la independencia de su nación, en medio de protestas populares por su presencia y acciones de la resistencia que dejaron varios muertos y decenas de heridos.

Biden se reunió aquí con los dos principales candidatos al puesto de primer ministro de Irak, a quienes instó a resolver el bloqueo político que impide la formación de un nuevo gobierno, cuatro meses después de unas elecciones que no dieron resultado decisivo.

El Bloque Iraquí, dirigido por Iyad Allawi, chiíta apoyado por sunitas, obtuvo una escasa ventaja en los comicios de marzo frente a la lista de la Alianza del Estado de Derecho, del saliente primer ministro chiíta Nuri Maliki, quien espera una alianza entre bloques chiítas para lograr una mayoría.

Estados Unidos busca dejar en este país un contexto político ordenado antes del retiro de sus tropas, que de acuerdo con el calendario establecido serán, el primero de septiembre, 50 mil soldados de los 77 mil 500 desplegados actualmente.

El jefe radical chiíta Moqtada Sader exhortó a Allawi y a Maliki a no dejarse influenciar por Washington, mientras cientos de sus partidarios se manifestaban en Kufa, centro del país, contra la presencia del vicepresidente estadunidense, quien cumple su segundo día de visita en Irak.

Por la mañana, Biden celebró el Día de la Independencia de Estados Unidos en un palacio que perteneció al ejecutado ex presidente Saddam Hussein y que hoy es la base militar Camp Victory, además de que participó, junto con el comandante de las fuerzas estadunidenses en Irak, Ray Odierno, en una ceremonia de naturalización de 156 militares, entre los que figuraron algunos brasileños.

Pero la violencia no cesa y cuatro personas perdieron la vida en un atentado suicida cometido por una mujer en la sede de gobierno de la provincia de Anbar. El ataque, que ocurrió en el área de recepción del edificio, dejó 39 heridos, 15 de los cuales son oficiales.