Vanessa Bauche volverá a montar obra en El Vicio durante festival internacional
En el teatro-cabaret el contacto con la gente debe ser vertiginoso
Juana’s Soul o La insignificancia de llamarse Juana, escrita y protagonizada por la actriz, aborda el tema de la lucha por encontrarse uno mismo
Nuestra identidad está perdida, comenta
Martes 29 de junio de 2010, p. a15
En una reunión de amigos en la que se encontraba la actriz y promotora cultural Vanessa Bauche, alguien tocó blues acompañado con una guitarra. Encantada con la música, la también activista se levantó e improvisó algunos sonetos de Sor Juana Inés de la Cruz. Luego reflexionó sobre el hecho de que hay muchas personas destacadas que se llaman Juana, y se planteó lo importante que puede ser el nombre en la vida de cualquier ser humano.
A partir de ese hecho, Bauche escribió la obra de teatro-cabaret Juana’s Soul o La insignificancia de llamarse Juana, que ella misma actúa y que presentará el próximo 6 de julio a las 21 horas en El Vicio, espacio donde se desarrollará a partir del primero del mes el Festival Internacional de Cabaret, en el que se apreciará lo más representativo de los creadores, actores y compañías de esta vertiente escénica.
En entrevista con La Jornada, Vanessa, quien ya montó esta puesta en el mismo sitio meses atrás, dijo que el nombre, la manera en que llamarán a uno toda la vida, no es cualquier cosa.
Un laberinto de espejos
Explicó: “Desarrollé el texto en colaboración con Abraham Tari –quien también es el director de escena de la obra–, hasta llegar al discurso de una mujer que se llama Juana y a quien de niña se le rompió la identidad en un laberinto de espejos. Siempre busca saber quién es, pero cada vez que se siente rechazada se busca en el espejo, donde lo que encuentra son facetas de otras Juanas, que son ella misma. El sentido de identidad da pertenencia, aunque esta Juana vive dentro del fracaso, que es una sensación común en los mexicanos.”
Abundó: “La primera Juana que aparece siente el fracaso cuando es joven, ve un espejo y el reflejo es la otra Juana, una justiciera que habla con Dios. Aquí hago referencia a Juana de Arco. Dios le pide que arregle unos asuntitos pendientes aquí en el país, luego se busca en otro espejo y haya otra imagen y ve una Juana que quiere conocer el amor de un hombre; aquí hago referencia a Juana de Castilla y a Felipe El Hermoso. Este personaje se involucra con un tipo que padece celotipia y problemas de adicción. Para evitar un nuevo fracaso se encamina en la búsqueda del conocimiento, para lo cual recurro a Juana de Asbaje; al intentar entrar a las universidades de México no lo logra, por lo que decide volverse hombre para que le vaya mejor, pero eso no sucede.”
Con esta obra, Bauche busca hablar de los temas que la han rodeado en su vida, no sólo como actriz, sino también como promotora.
Dijo: Los mexicanos tenemos una sensación generalizada: consiste en que nuestra identidad está perdida; no nos sentimos como parte de una sociedad, hay como muchas fracturas con sentimiento de una unidad nacional. Ésta es una de las razones por las que no nos hemos unido para solucionar los problemas nacionales. El mío es un espectáculo humanista en el que cada capítulo va puenteado como una canción, de cuatro cóvers y un tema de mi autoría. Se escuchan composiciones de Gustavo Coodera, de Bersuit, Adanowski, Fito Páez y Astor Piazzolla. Cada capítulo y cada canción son para que Juana siga su camino en busca de saber quién es, para saberse parte de un todo.
Una de las disciplinas más demandantes
Durante muchos años, Bauche deseó hacer teatro-cabaret y ahora que lo efectúa encuentra un género con tiempos específicos. “En este caso tratamos de conservar un poco la cuarta pared, aunque hay momentos en los que sí participamos con el público. Cómo disciplina escénica, el teatro-cabaret es una de las más demandantes que he conocido, además de que se debe trabajar con honestidad para que funcione. El contacto con la gente debe ser vertiginoso sin dar cabida a la distracción. No me fui por el camino fácil de las palabras soeces para arrancar la risa, pues creo en la vastedad de nuestro lenguaje. El espectáculo comienza con el poema Miradas, de Octavio Paz, y poco a poco se van dando los recursos de cabaret, creativos y catárticos.”
Consideró que el género teatro-cabaret en México se encuentra en buen momento, además de que puede hablarse de una tradición. Invitó a reírse con su propuesta, que une tragedia y comicidad, con tópicos de la política actual que define como inevitablemente reíbles. Aclaró que quienes ya vieron la obra el año pasado ahora experimentarán algo diferente.
El Vicio se localiza en la calle Madrid 13, Coyoacan. Teléfono: 5659-1139.