Durban, Sudáfrica, 28 de junio. A medio gas, sin acabar de explotar todo su potencial, la naranja mecánica derrotó 2-1 a Eslovaquia gracias a los goles de Arjen Robben y Wesley Sneijder y se clasificó a los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica.

El equipo dirigido por Bert van Marwijk consiguió así su cuarto triunfo en la Copa, logro que sólo comparte con Argentina, también entre los ocho mejores.

Por su parte, Eslovaquia fue incapaz de protagonizar su segunda sorpresa en el torneo y se despidió con la satisfacción de haber eliminado a Italia en la fase de grupos.

Arjen Robben, quien jugó su primer partido como titular en el Mundial, abrió la cuenta a los 18 minutos, mientras que Wesley Sneijder amplió a los 84. En tanto, Robert Vittek descontó para los eslovacos a los 94 de acción, de tiro penal.

La inclusión de Robben en el equipo titular suponía un gran desafío para el equipo holandés. El jugador del Bayern Munich reaparecía desde el inicio después de superar un desgarro en el muslo izquierdo y ponía fin a una larga espera con el equipo de los molinos y los tulipanes.

Además, la ausencia de Rafael van der Vaart dejó la responsabilidad creativa exclusivamente en Wesley Sneijder.

El partido se inició con una sorpresiva oportunidad para Eslovaquia. Apenas se llevaba jugado un minuto, cuando Vladimir Weiss desbordó por la izquierda, descargó hacia el centro para que Erik Jendriksen lanzara su disparo que salió por encima del arco.

Holanda reaccionó inmediatamente, le sacó jugo a sus conexiones ofensivas y comenzó a generar peligro en el área rival. Sneijder hizo un tiro lejano, desviado, y luego desperdició un mano a mano claro con el arquero Jan Mucha después de recibir una asistencia de Van Persie.

Futbol en deuda

El empate duró hasta los 18 minutos, cuando Robben se mostró en su máxima expresión. El extremo recibió un pase largo sobre la derecha, recortó hacia el centro y en la puerta del área lanzó un zurdazo al primer palo imposible de detener para el arquero rival.

Una vez conseguida la ventaja, los dirigidos por Van Marwijk retrasaron sus líneas y le dejaron la posesión del balón a su rival. Así, Eslovaquia expuso sus tremendas dificultades para conducir el juego y tomar la iniciativa en un partido frente a una ordenada y sólida muralla color naranja.

La estrella Marek Hamsik retrocedía demasiado para entrar en contacto con la pelota y Robert Vittek y Jendriksen se hundían ante la buena cobertura de John Heitinga y Joris Mathijsen.

Antes del descanso, Van Persie definió mal en un contragolpe y envió la pelota a las manos de Mucha. Holanda cerró la primera mitad con la seguridad de su ventaja.

Ya en el complemento, Robben tuvo la posibilidad de aumentar su cuenta goleadora, pero su tiro, enfilado al lado izquierdo del marco, fue desviado de manera brillante por el arquero eslovaco.

A medida que pasaba el tiempo, Eslovaquia se animaba a profundizar más con la pelota en sus pies, mientras que el conjunto naranja reducía su velocidad.

Mucha le detuvo un disparo a Mathijsen en la boca del arco y luego el conjunto de Weiss chocó en dos oportunidades con Maarten Stekelenburg.

El arquero holandés detuvo de modo brillante un disparo seco de Stoch y luego controló un mano a mano ante Vittek, el héroe del triunfo contra Italia en la primera fase, que disparó sin fuerza ni colocación, directo al cuerpo del guardameta.

Los naranjas aprovecharon los minutos finales para definir el encuentro. Giovanni van Bronckhorst sacó un tiro libre rápido desde mitad de cancha con la defensa rival desacomodada; Kuyt superó al arquero con un sutil autopase con la cabeza y luego asistió a Sneijder para que el jugador del Inter definiera sin resistencia.

Ya en tiempo de descuento, Stekelenburg derribó a Martin Jakubko en el área y Vittek anotó de penal el gol del honor para su equipo.

Holanda ganó todos sus partidos y ya se ubicó en los cuartos de final. Gran parte de su futbol todavía está en deuda, pero la victoria le valió para reforzar su sueño por el título.