El pensamiento de José Vasconcelos está más vigente que nunca, sobre todo al descubrir en tres conferencias que ofreció en Chicago en 1926 que, en lo político, hace una reveladora crítica al poder unipersonal latinoamericano.

Los textos se incluyen en el libro La otra raza cósmica (Almadía), recién editado, recuperados y traducidos del inglés por el escritor Heriberto Yépez (Tijuana, 1974), quien explica que Vasconcelos, a principios de los años 20 del siglo pasado, ya planteaba “que el gran problema de América Latina es su visión del poder basado no sólo en la dictadura, sino en cualquier forma de dirección política vertical.

Afirmaba que ése es el gran lastre de la cultura política latinoamericana, difícil de extirpar, y lo vemos hoy; ésa es la forma en la que se conduce al país: ahí está el mensaje que dio Felipe Calderón, basado en argumentos unipersonales.

Más allá del nacionalismo

Yépez prepara desde hace varios meses un libro acerca de la vida y el pensamiento de Vasconcelos. En ese proceso se topó con las conferencias del intelectual, cuyo título en inglés, Aspects of Mexican Civilizacion, es un tanto opaco, no se presta a que uno se dé cuenta de la dimensión de las ideas. Al leerlas quedé muy sorprendido y las traduje.

El traductor considera que leer a Vasconcelos en 2010 es un reclamo vivo de que en México no hemos cambiado la forma de entender la política.

Respecto de la cultura, sus afirmaciones son polémicas, añade Yépez, “pues aquí el autor rehace el pensamiento que planteó en su libro La raza cósmica, en el que decía que esa nueva multicultura conformada por las culturas iberoamericanas, iba a superar a la anglosajona, especialmente a la estadunidense.

“Pero aquí, él propone que los estadunidenses son parte de esa raza cósmica, que debemos integrarnos estadunidenses e iberoamericanos a un proyecto común.

“Ésa es una idea nueva de José Vasconcelos, que no retoma posteriormente, pero se trata de un pensamiento más amistoso con Estados Unidos y más coherente con su noción de lo global, término que no estaba en boga en ese momento.

“Vasconcelos en lo que estaba pensando era en la globalización, en cómo hacer que la combinación de culturas diera por resultado una forma de entendimiento más espiritual y económicamente funcional para todos.

“Esa concepción más allá del nacionalismo sigue siendo muy importante en esta obra, como lo fue en La raza cósmica, sólo que aquí ve lo estadunidense y lo mexicano como factores que se deben unir. Pero Vasconcelos no desarrolló más esta idea por lo que sucedió después políticamente, por ejemplo, la intervención de Estados Unidos en lo que podía suceder con su carrera política, por el fraude de 1929 y el papel del país del norte en la Segunda Guerra Mundial. Todo eso cambió su visión.

“Vasconcelos fue un hombre voluble, tanto en lo pasional como en sus ideas. Tiene diferentes conceptos acerca de Estados Unidos. Estaba muy agringado desde la infancia. No era un mexicano tradicional, era lo que hoy llamamos un fronterizo.”

En opinión de Yépez, la historia para el autor de Ulises criollo era un pretexto “para repensarnos, y nos falta explorar al Vasconcelos filósofo; todavía no hemos comprendido sus ideas filosóficas. Este libro hay que juntarlo con La raza cósmica para releer al autor, para comprender por qué propone que la raza cósmica va a surgir cuando el mexicano abandone su nacionalismo o si esto es uno de los elementos que nos mantienen en el subdesarrollo.”

El libro, con prólogo de Leonardo Da Jandra, se presentará en la ciudad de Oaxaca el próximo 23 de julio.