El corto animado en 3D, segunda entrega de una trilogía de innovador lenguaje cinemático
Tiene enorme calidad; hace historia en cuanto a la técnica
, consideró el director
Cíclope, el primero de la saga, se estrenó en 100 salas de España como telonero de una cinta de Bruce Willis
Sábado 26 de junio de 2010, p. a13
Madrid, 25 de junio. Un nuevo lenguaje cinematográfico y la utilización de una técnica en ciernes han permitido que la presentación del segundo cortometraje, Morphos, del cineasta mexicano Carlos Morett se convirtiera en un acontecimiento entre los amantes del celuloide y de las tecnologías de vanguardia. En un edificio gótico y con tintes futuristas, el realizador mexicano narra en sólo 12 minutos una historia en la que hay épica, suspense y dolor, además de una reflexión filosófica de fondo sobre el discurrir del hombre y su tiempo.
Morett, de 36 años y originario de la ciudad de México, es una rara avis en el mundo del cine. Su pasión por la tecnología y la ciencia ficción lo orillaron a dejar, hace dos años, su trabajo de ejecutivo de una empresa de software para dedicarse de lleno a la creación de un ambicioso proyecto que hoy culmina su segunda etapa: una trilogía fantástica en la cual ofrecer su singular visión sobre el género y, al mismo tiempo, revolucionar la técnica que se emplea hasta ahora. Así llegó Cíclope, primer cortometraje que hizo casi de forma artesanal, con pocos medios, y que gracias a su calidad y singular apuesta técnica (toda la película se grabó en cromas), de inmediato interesó la industria por su creación. De esta forma Cíclope se convirtió en el primer cortometraje que se estrenaba de forma simultánea en más de cien grandes salas de España, como telonero de un largo de Bruce Willis que utilizaba una técnica similar.
El segundo escalón en la confección de su trilogía fantástica es Morphos, que narra la inquietante historia del esclarecimiento de una serie de crímenes múltiples y tiene como principales escenarios una comisaría de policía y una especie de nave industrial abandonada.
Con diálogos intensos y sugerentes, Morett descubre un futuro en el que conviven entes mutantes (morphos) con el resto de los seres humanos, pero han llegado a tal perfeccionamiento –o degeneración
, según se mire, explicó Morett–, que resulta difícil distinguirlos de los humanos. Su cuerpo azulado y su piel fláccida tienen la capacidad de mutar y convertirlos en otros seres, incluso en el rostro y el cuerpo de los agentes de policía que interrogan a cierto morpho para descubrir si ha roto con el pacto de no agresión con la especie humana.
La historia, aunque diferente, complementa la propuesta futurista de Morett en Cíclope, sólo que en esta ocasión el realizador mexicano contó con más recursos económicos y con el apoyo de Telefónica, que además de financiar parte del proyecto también prestó su edificio central, en plena Gran Vía madrileña, para que se convirtiera en la locación soñada por el cineasta para su comisaría de policía.
La singularidad del cine de Morett radica en que es uno de los precursores de la utilización de un sistema íntegro estereoscópico en el mercado hispano. Creo que hemos hecho un cortometraje en tercera dimensión de enorme calidad, así que creo que es una pieza especial y que, de alguna forma, hace historia en cuanto a la técnica
, explicó Morett en entrevista con La Jornada.
Dijo que ya tiene escrita la trilogía completa. Morett tiene además otros proyectos, como la realización de un largometraje y de una serie de televisión en tercera dimensión. Pero son todavía proyectos en ciernes; ahora me gustaría filmar en México. Ése es realmente mi sueño.