Nueva York, 23 de junio. Más de mil agentes para la Patrulla Fronteriza, más agentes de inmigración, equipos caninos y aeronaves a control remoto (drones) como las usadas en Afganistán, son parte del pedido de emergencia de 600 millones de dólares solicitados al Congreso por el gobierno de Barack Obama esta semana para asegurar la frontera suroeste ante la creciente violencia en México.

En una carta enviada ayer a la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, Obama afirmó que su solicitud responde a necesidades urgentes y esenciales, y que por lo tanto se tratará el asunto como emergencia. Indicó que los fondos son para apoyar esfuerzos, a fin de asegurar la frontera suroeste y también actividades antinarcóticos.

Los fondos también serían destinados a operaciones de la FBI, la DEA, y para más fiscales y jueces de inmigración, reportó el diario Los Ángeles Times. Según fuentes oficiales citadas por el rotativo, parte de los fondos también serían para asistir a autoridades mexicanas en esfuerzos de análisis de ADN y balística.

Los mil agentes adicionales de la Patrulla Fronteriza representarían un incremento de 5 por ciento de la fuerza total, la cual se ha duplicado desde 2004 para llegar a 20 mil efectivos.

Esta iniciativa de emergencia también incluye el envío de mil 200 miembros de la Guardia Nacional a la frontera en operaciones de apoyo anunciadas por Obama el 25 de mayo.

Estas medidas se proponen en un contexto político en el que el gobierno de Obama se encuentra bajo más presión generada tanto en su propio partido, como del Republicano ante la amenaza de que la violencia en México se extienda a territorio estadunidense, junto con los asuntos del narcotráfico y la inmigración indocumentada. La promulgación de la nueva ley antimigrante en Arizona y el homicidio de un ranchero estadunidense cerca de la frontera de ese estado con México, han intensificado el debate justo en medio de un año de elecciones nacionales intermedias.

El gobierno de Obama intenta comprobar que realiza un esfuerzo sin precedente para asegurar la frontera mientras continúa promoviendo –por ahora casi sólo en retórica– una reforma migratoria integral. Hoy la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, afirmó que “a lo largo de los pasados 18 meses, este gobierno ha dedicado más recursos –incluyendo personal, tecnología e infraestructura– a la frontera del suroeste que en cualquier otro punto de la historia estadunidense”.

Un vehículo de la Patrulla Fronteriza recorre un camino cerca de la montaña de Otay, en los alrededores de San Diego, California. Barack Obama anunció que enviará más tropas de la Guardia Nacional y pedirá 600 millones de dólares adicionales para garantizar la seguridad en la regiónFoto Reuters

Confirmó que en la solicitud de Obama al Congreso se incluye desplegar dos aeronaves a control remoto o drones que serían usados en la frontera de Texas con México para operaciones contra el crimen organizado y la migración indocumentada. Cuatro de estos drones Predator ya son usados por Estados Unidos en Arizona, y son los mismos aparatos que han empleado las fuerzas armadas estadunidenses en Afganistán y Pakistán.

Al hablar sobre la solicitud de Obama, y en una critica a la nueva ley en Arizona, Napolitano insistió en que la seguridad fronteriza es primariamente una responsabilidad del gobierno federal. No podemos tener 50 leyes estatales diferentes, no funcionará.

Pero en esta competencia entre políticos sobre quién puede defender mejor a los estadunidenses contra la violencia, el narcotráfico y los ilegales del otro lado de la frontera, la realidad es secundaria a las percepciones fabricadas. Recientemente, el New York Times reportó que la tasa de crimenes violentos en la frontera y por todo el estado de Arizona –epicentro del debate sobre la seguridad en la zona limítrofe– se ha desplomado, según estadísticas de FBI, como también los flujos de inmigración indocumentada.

Dice que expertos que han realizado varias investigaciones indican que los indocumentados cometen menos delitos que la población en general, en gran medida por la razón obvia de que no quieren arriesgarse atraer atención y menos a ser detenidos y deportados.

Napolitano consideró irreal cualquier demanda de sellar la frontera de manera total y sostuvo que reclamar eso y sólo entonces discutir la reforma migratoria no constituye una respuesta en absoluto.