Las celebraciones incluyen conciertos y exposiciones en Argentina, Uruguay y Colombia
Jueves 24 de junio de 2010, p. a15
Montevideo, Buenos Aires y México, 23 de junio. Carlos Gardel, considerado uno de los más importantes intérpretes de tango, con temas como El día que me quieras y Mi Buenos Aires querido, será recordado a 75 años de su muerte con homenajes en América Latina, uno en el barrio argentino de Abasto, donde creció, por el que recibió el apodo Morocho del Abasto.
Gardel será evocado en Medellín, Colombia; Montevideo y Tacuarembó, Uruguay, y en Buenos Aires, Argentina, mediante actos organizados por sus admiradores.
Este jueves se realizará en el Museo Carlos Gardel, en Abasto, Buenos Aires, un espectáculo con dos promesas del tango, además de la inauguración de pinturas en honor al Zorzal criollo.
Se trata de los tanguistas Esteban Ribera y Javier Cardenal Domínguez, que interpretarán temas del desaparecido actor y cantante, además de la agrupación de tango electrónico Otros Aires.
En el museo también se presentará la colección de Saide Yamila Abdala denominada La muerte de Carlos Gardel, además de que será el cierre de la muestra Volver a Gardel.
También en Buenos Aires, pero en las instalaciones del Auditorio de la Asociación Cristiana de Jóvenes, será recordado en el ciclo Tango YMCA siglo XXI, con un concierto del trío Fastras y la develación de una placa conmemorativa.
Una semana de actividades
En Uruguay, Tacuarembó conmemora el aniversario durante toda la semana con actividades deportivas y culturales, que van desde conciertos y actividades académicas hasta una exposición plástica y un paseo en bicicleta en la zona donde habría nacido El Mago, indicó Carlos Arezo Posada, presidente de la Fundación Carlos Gardel, que además organizó un campeonato infantil de tango y un concurso regional de baile.
Carlos Gardel falleció el 24 de junio de 1935 en un accidente de avión en el aeropuerto de Medellín, cuando el aparato chocó contra otro que estaba en la pista.
Al momento de su muerte realizaba una gira por América Latina para promover sus películas, y el 23 de junio de 1935 hizo la que fue su última presentación, en el teatro de la radio La Voz de Bogotá.
Con Gardel también falleció su letrista, Alfredo Le Pera. Desde entonces la ciudad colombiana es uno de los santuarios en los que se rinde tributo al mito, al igual que lo son Buenos Aires, Toulouse y Tacuarembó.
Una vieja polémica en torno al lugar de nacimiento de Gardel enfrenta a argentinos, uruguayos y franceses.
Los uruguayos afirman que nació en Tacuarembó, en una fecha imprecisa (entre 1883 y 1884) como hijo natural del jefe político Carlos Escayola y María Lelia Oliva (de 13 años), y que fue entregado a Berta Gardes, francesa, quien había trabajado de prostituta en una mina de oro de la zona.
Los argentinos y franceses afirman que nació en Toulouse el 11 de diciembre de 1890, hijo de Berthe (o Berta) Gardés y de Paul Laserre. Gardel habría llegado con su madre a Buenos Aires en el buque Don Pedro el 11 de marzo de 1893.
Buenos Aires es la ciudad donde se crió y desarrolló gran parte de su carrera. Toulouse, Francia, es la ciudad donde nació, según la mayoría de los investigadores, aunque Tacuarembó, insiste en reivindicarse como cuna del cantor.
Los datos oficiales indican que el cantante nació el 11 de diciembre de 1890 en Toulouse con el nombre de Charles Romuald Gardes. Llegó a Buenos Aires con su madre cuando tenía dos años. Empezó a cantar a los 17 y en 1911 formó un dueto con el cantor uruguayo José Razzano.
El dueto se separó unos años después y Gardel siguió su carrera en solitario. En 1925 ya era popular en Latinoamérica. Dos años después llegó su consagración en Europa. Y en los años siguientes, en Estados Unidos, donde filmó varias películas, entre ellas las que quizá son las más recordadas, El día que me quieras y Tango bar.
Nadie pone en duda que Gardel, el carismático inventor del llamado tango-canción, dio a esa música urbana un estilo único que hizo que comenzara a trascender las fronteras del país y fuera admirada en todo el mundo. Fue sin duda el tanguero más importante de la primera mitad del siglo XX.
Mi Buenos Aires querido, Volver, El día que me quieras y Por una cabeza, entre muchos otros, son clásicos incuestionables y señas de identidad del ser argentino.
Y nadie pone en duda su voz inconfundible, que pasó a la posteridad en infinidad de grabaciones y en lo que podrían considerarse los precursores del video actual: cortos de diferentes tangos que hoy pueden verse en YouTube.
Patrimonio de la Humanidad
De hecho, desde 2003 su voz pasó a ser Patrimonio de la Humanidad por el programa Memoria del Mundo de la Unesco.
Por otra parte, el cantaor español Diego el Cigala acaba de editar un disco de tangos, en el que reinventa, entre otros, El día que me quieras, Sus ojos se cerraron y Tomo y obligo. A 75 años de su muerte, el Zorzal criollo vive así su enésima rencarnación y ahora suena a flamenco, lo que confirma que sus creaciones no pierden vigencia.
Asimismo se le recordará en el cementerio de la Chacarita, en Buenos Aires, donde está enterrado junto a su madre y donde hay una estatua que siempre tiene en una mano un cigarrillo encendido.
Se reditarán seguramente las controversias sobre su origen, las leyendas surgidas alrededor del accidente que le costó la vida y las incontables historias que circulan sobre sus amoríos o incluso sobre su sexualidad.