En países desarrollados, la insuficiencia renal crónica es considerada una enfermedad catastrófica, por lo que trabajan en su prevención y tratamiento.

En México, los afectados por ese mal consumen más de 2 por ciento del presupuesto destinado a salud, lo que equivale a un monto 20 veces superior al que se destina para la población en general, advirtió José Ramón Paniagua, jefe de la Unidad de Investigación de Enfermedades Nefrológicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

El padecimiento representa un grave problema económico y un reto para el sistema nacional de salud, por el insuficiente número de nefrólogos y de infraestructura para su atención. Sólo en el Seguro Social se atiende a más de 40 mil enfermos, los cuales representan 80 por ciento del total.

El restante 20 por ciento sigue esperando que el tratamiento de la insuficiencia renal crónica se incluya entre las enfermedades cubiertas por el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos.

Paniagua resaltó que la diabetes y la hipertensión arterial son los principales factores de riesgo para el desarrollo de la insuficiencia renal crónica. En el caso de la primera, recordó que la padece 14 por ciento de los mexicanos mayores de 20 años, la mayoría sin lograr un buen control de sus niveles de glucosa. De hecho, la mitad de los nefrópatas también son diabéticos.

En entrevista, el especialista también destacó la importancia de la prevención por medio de una dieta saludable y la práctica de actividad física regular, pero también con acciones que eviten el nacimiento de niños prematuros y de bajo peso. Recientemente se ha confirmado que ésta es una causa de la insuficiencia renal.

Evitar nacimientos prematuros

Comentó que el desarrollo de los riñones culmina en las últimas etapas de la gestación, por lo que quienes nacen antes de tiempo y/o con bajo peso, tienen menos unidades funcionales en dichos órganos y a largo plazo los predispone a la insuficiencia renal.

Las unidades funcionales o nefronas son las encargadas de las actividades que realiza el riñón para la formación de la orina, desde la filtración del líquido de la sangre, la reabsorción de enzimas y proteínas hasta la producción de hormonas y la formación de glóbulos rojos, calcio y otros minerales, indicó.

Sobre la complejidad de las funciones renales, Paniagua señaló que la cuarta parte de la sangre que bombea el corazón es para los riñones. Tal vez –dijo– es el órgano que más oxígeno consume en el organismo y también está encargado de regular la presión arterial, entre otras funciones.

Cuando un individuo tiene menos unidades funcionales por haber nacido antes de tiempo o porque las perdió en alguna enfermedad renal, obliga al resto a trabajar de forma compensatoria, lo que a largo plazo ocasiona un deterioro progresivo. Si además se padece diabetes, la magnitud del daño es mayor, explicó Paniagua.

Advirtió sobre la importancia de detectar oportunamente las afecciones renales, a fin de que el tratamiento clínico funcione de la mejor manera posible. Algunos síntomas son cansancio, fatiga y acumulación de líquidos.

Con la finalidad de difundir información sobre la insuficiencia renal crónica y el tratamiento más común: la diálisis peritoneal, del 23 al 26 de julio próximo se realizará en la ciudad de México el 13 Congreso de la Sociedad Internacional de Diálisis Peritoneal. Informes en www.ispd2010mexico.org