Los problemas que afectan a cinco rutas no representan riesgos a usuarios: Bojórquez
Se utilizará el tendido de fibra óptica del sistema para colocar los sensores, asegura
Viernes 18 de junio de 2010, p. 33
Con una inversión de 20 millones de pesos, el Sistema de Transporte Colectivo Metro contará este año con una red de monitoreo para identificar en tiempo real los hundimientos, emersiones y fracturas que se presentan en sus 201 kilómetros y garantizar la seguridad de cinco millones de usuarios que lo usan diariamente, informó su director, Francisco Bojórquez Hernández.
Las fracturas, grietas, emergimientos, colapsos de estructuras, deformación del sistema de vías o desplazamientos del área donde circulan los trenes en las líneas 4, 5, 9, A y B, que dio a conocer ayer La Jornada, no representan ningún riesgo de seguridad para las dos millones de personas que las usan
, precisó.
Los problemas más graves se presentan en la línea A, que corre de Pantitlán a La Paz, donde se ha reducido la velocidad de circulación de los trenes y se comenzó el relleno de oquedades, nivelación de vías y colocación de un material denominado tablaestaca, que evita fracturas en los muros. La inversión para estos trabajos este año será de 250 millones y el siguiente de 200 millones de pesos, agregó.
En entrevista explicó que la red de fibra óptica del Metro, donde está conectado el sistema de videovigilancia, permitirá la instalación de sensores de desplazamiento, de velocidad y aceleración para medir el hundimiento que hay en las 11 líneas, derivado del proceso de acomodo que vive la ciudad y las vibraciones en las vialidades de las 175 estaciones.
Los datos que se obtengan permitirán hacer previsiones, tanto de los viaductos elevados como de los tramos superficiales de Tlalpan, así como de las áreas donde circulan los trenes, para alinear o ajustarlas
, como parte de las labores de mantenimiento que lleva a cabo personal del Metro, agregó.
La intención, afirmó Bojórquez, es que este sistema de monitoreo quede instalado en la línea A en octubre y solicitar una partida presupuestal para seguir con las demás líneas. Las siguientes serán la 5, en su tramo de La Raza a Politécnico, y la 9, que corre de Pantitlán a Tacubaya, donde existen movimientos diferenciales.
Se trata, dijo, de trabajar de manera sistemática con el monitoreo del viaducto elevado y realizar algunas acciones de mitigación para que tenga la solidez necesaria, pues se ha presentado la pérdida de apoyo de sus trabes, situación que se da también en la línea 4, de Martín Carrera a Santa Anita, por lo que el monitoreo a realizarse en tiempo real ayudará a identificar con precisión estas situaciones y actuar de inmediato.