Marchas en Berlín, Stuttgart y Roma siguen a movimientos en Grecia, España y Portugal
Empleados de la industria automotriz exigen más impuestos a ricos en lugar de recortar la ayuda social
Medidas del gobierno implican un gran dolor a la clase trabajadora: sindicatos
Domingo 13 de junio de 2010, p. 24
Berlín, 12 de junio. Miles de alemanes e italianos salieron hoy a las calles a protestar contra las medidas de austeridad impulsadas por los respectivos gobiernos. Ambas manifestaciones se dieron de manera simultánea en economías dispares y se suman a las realizadas en países como Grecia, España y Portugal, como muestra del creciente rechazo contra los planes de austeridad impulsados por los gobiernos a raíz de la crisis de deuda en los países de la eurozona, cuyas medidas, a decir de los trabajadores, van en detrimento de sus derechos laborales.
En el caso de Alemania, la primera economía de Europa, unas 30 mil personas se manifestaron en Berlín y en Stuttgart, luego que esta semana la canciller Angela Merkel aprobó el mayor ajuste presupuestario desde la Segunda Guerra Mundial.
El plan implica un ahorro por 80 mil millones de euros para los próximos tres años, que contiene fuertes recortes en las prestaciones sociales, especialmente ayudas al desempleo y eliminación de miles de puestos federales.
La crisis se llama capitalismo
, rezaba una de las pancartas. Empleo, derechos humanos un futuro seguro para todos
y las pensiones deberían ser suficientes para vivir
, demandaron los manifestantes, convocados por los sindicatos alemanes, bajo el lema esto nos es justicia social
, quienes sumaron presión sobre la cada vez más impopular coalición de gobierno liderada por Merkel.
En la ciudad de Stuttgart, una de las principales sedes de la industria automotriz alemana, los manifestantes demandaron aumentos de impuesto para las clases acomodadas, en lugar de recortes de los planes de ayuda social.
Los organizadores calcularon que entre 15 mil y 20 mil personas participaron en la movilización en Berlín, una de las mayores protestas contra un gobierno alemán en varios años. La policía por su parte, dijo que en Stuttgart se manifestaron otras 10 mil.
La coalición de Merkel acordó el pasado lunes un paquete de recortes presupuestarios e impuestos para que el déficit estructural federal cumpla los límites de la Unión Europea en 2013, pero aún debe convencer a los parlamentarios, sindicatos y a los votantes para que acepten el plan.
En Italia unas cien mil personas protestaron en Roma contra el plan de austeridad anunciado por el gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi, que busca un ahorro de 25 mil millones de euros y que incluye recortes de fondos a autoridades locales y congelamiento a los salarios de trabajadores del sector público.
Trabajadores, empleados y estudiantes salieron a las calles de la capital, junto con políticos de los partidos de oposición y ciudadanos que llegaron a Roma desde todo el país.
La protesta llamada Todo está sobre nuestros hombros
, convocada por la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), el mayor sindicato de Italia, se realizó antes de un paro general el 25 de junio contra el plan de ahorro de Berlusconi, quien dice que busca evitar una crisis de deuda similar a la de Grecia.
Una de las principales medidas serán los recortes en los servicios públicos, pero también en el sector sanitario y en los ámbitos de la cultura y la educación.
Los que la tienen que pagar siempre son los mismos
, criticó el secretario general de la CGIL, Guglielmo Epifani. Hay otra parte del país que no está llamada a hacer los sacrificios que podría
, indicó.
El sindicato CGIL dice que las medidas de austeridad son injustas e implican un dolor desproporcionado sobre la clase pobre trabajadora. El grupo de trabajo tiene casi 6 millones de miembros y más de la mitad son pensionados.
Mientras en la propia Italia la medida se dio frente a duras críticas de la población, la decisión de Berlusconi fue bien recibida en Bruselas. Con una deuda total del 116 por ciento del producto interno bruto (PIB) el año pasado, Italia es uno de los países de la Unión Europea que afronta la situación más preocupante al respecto.