Valladolid, España, 12 de junio. En Castilla y León la situación de las artes toca los extremos: en uno de ellos existe una ebullición, pero en el otro se enfrenta una fuerte crisis económica.

Este es un análisis que realizaron algunos de los creadores invitados a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara en sus respectivas áreas.

Para el teatro, no es un buen momento, expresa Fernando Urdiales, director de la compañía Teatro Corsario, que presentará dos puestas en escena en Guadalajara: La barraca de Colón y Aullidos.

“El problema en este momento es que están disminuyendo las ayudas para la producción teatral y, por otro lado, los teatros cada vez programan menos.

“Todavía es más grave la gestión de los teatros públicos, porque cuestan dinero: las instituciones después de haberse gastado mucho en su construcción o en su rehabilitación, los está cediendo a empresas privadas para que los explote.

Todo esto hace que haya un mercado teatral menor y sobre todo de menor calidad, porque se privilegia más lo comercial que ese teatro necesario que todavía está por verse en el siglo en el que vivimos, señala Urdiales fundador de esta agrupación teatral en 1982.

Teatro Corsario, que es una compañía numerosa, logra sobrevivir creo que fundamentalmente haciendo un teatro de línea popular, pero desde una perspectiva de concepción contemporánea. Hacemos teatro clásico español, pero desde una perspectiva contemporánea. No haciendo arqueología, sino buscando otra dimensión y por supuesto evitando el derroche. El teatro es un producto artesanal destilado gota a gota.

Industria concentrada

En el cine, más que una filmografía castillaleonesa, el director de la Filmoteca, Juan Antonio Pérez Millán prefiere no defender la existencia de una cinematografía de la región como tal.

“¿Qué es cine hecho en Castilla y León? Aquí puede venir una multinacional a rodar y no sería hecho por un director local. Éste normalmente tiene que irse a centros de producción para consolidar una carrera. Pasa no sólo en Castilla y León, también en Andalucía y en muchas comunidades.

El cine como industria cada vez se va concentrando más, y yo no sé si ayudamos hablando de una etiqueta de cine de Castilla y León o bien hacer posible que los cineastas, los creadores, los artistas, puedan meterse en esa industria que en mi opinión está cada vez más concentrada.

Al cine hispanoamericano en general, lo quiero tanto que lo veo muy mal. Es tan bonito que podamos intercambiar experiencias, vivencias de cine mexicano, argentino, español, que veo la orientación de la industria que sólo las grandes trasnacionales hagan películas que veamos todos a la vez, y los países con menos capacidad económica se queden encerraditos en su frontera.

Por eso, añadió, los festivales se están convirtiendo en el último reducto del cine.

Lo moderno abraza lo tradicional

En música el fenómeno es una gran ebullición, hay un montón de bandas en un momento emergente, y también enormes dificultades por sacar los proyectos porque asistimos a un momento crítico de la industria por todo el desmadre económico en que estamos todos involucrados, dice Jesús Hernández, del grupo Celtas Cortos, que estará en la explanada del centro ferial.

Pese a todo hay propuestas en todos los ámbitos desde la música tradicional, folclórica, del rock a la música independiente, de la electrónica, creo que jamás ha habido antecedentes de un nivel de ejecución y de unos instrumentistas de músicos, de tanto dominio como el que hay ahora, añadió.

Hernández y Christian Dehugo, uno de los diyéis más relevantes, coinciden en señalar que lo moderno está abrazando lo tradicional.

Comienza a haber un mestizaje en otros estilos, con música tradicional propia de nuestra tierra y están surgiendo cosas interesantes, refiere Hernández.

Para Dehugo “un poco lo que sucede a nivel general es que siempre está la música más local que se sigue cultivando, pero convive con otros tipos de música que quizá no pertenezcan a la región, como electrónica, funk o celta, o demás.

Yo diría que sobre todo hay una búsqueda y esta feria (la FIL de Guadalajara) es claro ejemplo la mezcla de artistas.

Educación y cultura

Otro de los grupos invitados es Calle Jaleo que junto con Mayte Bajo, traen una muestra del mestizaje de la tradición y lo contemporáneo con el flamenco.

Mayte Bajo señala que Castilla y León iba un poco lenta en cuanto a la difusión, porque hay numerosos artistas de mucha calidad, y ahora nos hacemos notar y nos ponemos como punteros en varios ámbitos. Educación y cultura apuestan por ello.

Hay museos, pero faltan galerías

Ángel Marcos es artista visual y el responsable del diseño del Pabellón de Castilla y León en la FIL de Guadalajara. Para él, en el arte contemporáneo “estamos empezando a tener conocimiento y una especie de identidad. Pero sólo comenzando, y no debe olvidarse que ahora mismo la crisis económica a escala de inversión de las entidades públicas se va a dejar sentir.

Cuando empecé en esto de las artes visuales, incluso antes, esta tierra era un poco desierto; era muy difícil, no el recorrido, sino los caminos de salida. Había más proximidad entre Madrid y Nueva York que entre Valladolid y Madrid. No había casi nada, no es que no hubiese artistas, pero nos teníamos que ir.

Ahora es diferente y de repente Castilla y León pasó de ser nadie a ser la comunidad con más densidad de centros o de museos de arte contemporáneo. Lo que está pasando lógicamente es que ahora miran hacia aquí, pero hacen falta galeristas privados. Apenas tenemos dos galerías de arte contemporáneo que con mucho esfuerzo intenta asomar las orejas.