Debilitada, la sociedad civil no puede detener la violencia
Sábado 12 de junio de 2010, p. 5
Luis Astorga Almanza, sociólogo y miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expresó su preocupación por los narcobloqueos realizados esta semana en la ciudad de Monterrey, y advirtió que si éstos no se detienen desde la primera manifestación tenderán a reproducirse y a escalar en intensidad
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Entrevistado en el contexto de la conferencia Tráfico de drogas ilegales y seguridad
, el especialista sostuvo que el crimen organizando no está innovando; sin embargo, ese tipo de estrategias lo que demuestran es que los narcotraficantes están yendo más allá de lo que tradicionalmente estaban acostumbrados
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No obstante, agregó, “tampoco hay un número infinito de estrategias que puedan desarrollarse. Entonces, tienden a llevar a cabo lo mismo que los movimientos de oposición política, es decir, lo ‘innovador’ es que lo que siempre hicieron dichas agrupaciones ahora lo están efectuando los grupos de delincuencia organizada”.
En su ponencia dijo que históricamente la clase política mexicana y los narcotraficantes han tenido una relación de facto, porque la delincuencia organizada necesita protección, no tiene cuadros políticos y no está formando políticos
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Esta relación siempre ha generado acuerdos y competencias por el control de ciertas instituciones mediadoras que han adquirido cierta autonomía respecto del poder político.
En este marco de pactos por lograr una mejor posición de poder, Astorga Almanza aseguró que ante la reconfiguración del mapa político del país y las tendencias electorales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a recuperar su poder en los distintos ámbitos del gobierno, México podría vivir un escenario en el cual se privilegie la corrupción en detrimento de los niveles de violencia; sin embargo, esa situación no únicamente no consolidaría la democracia, sino que fortalecería un sistema de poder autoritario, enfatizó
Es ahí donde la gente, ilusamente, cree que al dejarlos tranquilos para que no sean tan violentos va a vivir mejor. Pero eso depende de lo que quieran, si desean vivir en un régimen de reforzamiento de relaciones autoritarias o en un régimen democrático
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El especialista sostuvo que, en la actualidad, la sociedad civil poco puede hacer para revertir esa situación de violencia, porque está muy debilitada.
Hoy tenemos un oligopolio partidista y una estructura oligopólica de la delincuencia organizada. Entonces, con una sociedad civil sumamente fragmentada y débil, ¿cómo podemos esperar que sea ésta la que logre un cambio a corto y mediano plazos? Eso no quiere decir que la sociedad civil se quede cruzada de brazos. Tiene que organizarse y presionar constantemente para romper el oligopolio partidista.