Teherán, 10 de junio. Irán criticó hoy el doble rasero de Occidente y consideró incorrecta e ilegal la imposición de nuevas sanciones en su contra, aprobadas durante la víspera por el Consejo de Seguridad de la Organización Naciones Unidas (ONU), al tiempo que amenazó con disminuir su relación con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Ramin Mehmanparast, afirmó que la mejor forma de respetar los derechos de todas las naciones es evitar las actitudes discriminatorias y desterrar la injusticia existente en la política internacional.

De su lado, el representante de la república islámica ante la AIEA, Ali Asghar Soltanieh, aseguró que las sanciones no afectarán el programa nuclear iraní que, insistió, está destinado a fines puramente civiles, y recalcó que su país continuará las actividades de enriquecimiento de uranio.

La Unión Europea (UE), a instancias de Gran Bretaña, busca endurecer las sanciones aprobadas el miércoles, si bien Rusia advirtió sobre acciones unilaterales, y recalcó que eso será inaceptable para Moscú. Además, aseguró que las sanciones no influirán en la entrega del sistema de defensa aérea ruso S-300 a Teherán.

La cancillería rusa advirtió que no tolerará restricciones más allá de las consideradas en las sanciones aprobadas ayer en el Consejo de Seguridad de la ONU, mientras el presidente de la comisión de política exterior de la Duma, Konstantin Kossachov, aclaró que las sanciones prohíben el suministro de armas ofensivas a Irán, pero los misiles de defensa aérea no están en esa categoría.

La entrega del sistema S-300, que podría proteger las centrales atómicas iraníes en caso de un eventual ataque, fue aplazado en varias ocasiones debido a la presión de Estados Unidos e Israel, y Rusia adujo problemas técnicos.

Kossachov aseguró además que, a pesar de las sanciones, Moscú también puede concluir la construcción de una central atómica en Teherán, que debe entrar en funcionamiento en agosto.

De su lado, el vocero de la cancillería china, Qin Gang, dijo que el apoyo de su país, que al igual que Rusia tiene derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, para imponer más sanciones a Irán, tuvo por objeto asegurar que se respete el régimen de no proliferación y se atraiga nuevamente a la república islámica a la mesa de negociaciones.

La aprobación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU contó con la oposición de Brasil y Turquía, cuyo presidente, Recep Tayyip Erdogan, consideró como un error que la historia no perdonará, e indicó que el aislamiento no es la solución a los problemas de Irán.

Durante una reunión de ministros árabes en Estambul, Erdogan volvió a pronunciarse por una salida diplomática a la disputa nuclear con Irán, al tiempo que calificó de sucia propaganda las acusaciones de que su país se está alejando de Occidente. Sin embargo, reconoció que tras asumir la jefatura de gobierno, su país comenzó a mejorar la relaciones con sus vecinos y las naciones árabes.

En Brasil, el ministro de Comercio Exterior, Miguel Jorge, estimó que la probable disminución de exportaciones a Irán podrían abrir una ventana de oportunidades para su país, principalmente en el sector de la alimentación.

Según el funcionario, las sanciones provocará una disminución de las exportaciones de los otros países a Irán más allá de los productos armamentísticos.

Por otro lado, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, respaldó a su colega iraní, Mahmud Ahmadinejad, en su rechazo a la nueva resolución de la ONU, la que el mandatario repudió al asegurar que no vale un centavo.