Abrirán muestra con 200 cajones de bolero convertidos en objetos estéticos
‘‘Rompemos el concepto de arte como un cometa imaginario en un firmamento de porquería”, dice promotor cultural
Hay propuestas intermedias que son dignas de verse como enigmas
Viernes 11 de junio de 2010, p. 7
El promotor cultural Antonio Calera-Grobet repartió 200 cajones de bolero a igual número de personas (ciudadanos, no necesariamente artistas
) con la petición de convertirlos en objetos estéticos.
Con las obras que resultaron se conformó la muestra Trono de los de a pie (o en los zapatos del otro), la cual define como poligonal, tridimensional de lo social, donde el valor estético no es el arte mismo, sino un gesto, una actitud pro social
.
Así es como Calera-Grobet plantea inventar las exposiciones del futuro, apretar la tuerca
de propuestas en las cuales lo que se expone no es el arte mismo sino el retrato de lo que sucede en el entorno para conformar proyectos incluyentes, móviles, azarosos
.
En entrevista con La Jornada, explica: no nos tenemos que chutar las exposiciones del yo, que es lo que hacen los artistas en la actualidad. ¿Por qué no echarnos mejor el divertimento de estar con otro igual, con los pares, en un espacio público?
Se trata de una iniciativa independiente, sufragada por la hostería La Bota, que se ubica en la calle de San Jerónimo, en el Centro Histórico, la cual se ha convertido en una suerte de laboratorio creativo.
La mayoría de las ganancias que se obtienen del servicio de bar que se ofrece en ese lugar, ubicado a espaldas de la Universidad del Claustro de Sor Juana, en una recuperada calle de San Jerónimo, se invierten ya sea en la edición de libros o en propuestas como Trono de los de a pie...
Interés por el peatón
El hilo conductor de la muestra es el cajón de bolero, considerado por Calera el objeto ideal “por ser atractivo, un símbolo en sí mismo, con un discurso inagotable, de un material noble, pero básicamente lo elegí porque me interesa el peatón.
“Es una exposición al revés, donde se eligió de manera arbitraria a los participantes. Me acerqué al zapatero de la calle de Regina, con los vecinos, con el tatuador, con las personas de los restaurantes; hay poetas, algunos pintores, fotógrafos, músicos, periodistas, filósofos y críticos de arte.
“Estamos rompiendo el concepto del arte como un cometa imaginario en un firmamento de porquería, porque para mí eso es el arte: un cometa que imaginamos en un universo de basura. En este momento no creo que el arte tenga que presumirse como el gesto mayor.
“Hay estados intermedios: de artesanía, artificio, gestualidad, e intentos que, si no son artísticos, sí son dignos de ser concebidos como un enigma a resolver por la comunidad o como un objeto preciado.
“Si vemos las cajas, por ejemplo la que hizo un niño de la comunidad, con paletas y galletas pegadas, a lo mejor como objeto de arte no interesa, pero si analizamos cómo surgió, adquiere una dimensión distinta. Eso es lo que ponemos sobre la mesa.
Es una exposición que suelta las amarras de las camisas de fuerza y que se arroja con libertad a buscar.
Algunas de las cajas intervenidas, si así lo decide el autor, se venderán y las ganancias, también en el porcentaje que decida quien la convirtió en obra de arte
, se reinvertirán para apoyar más proyectos culturales.
Exhibición itinerante
La exposición será itinerante. La primera sede será el Centro Cultural Casa Talavera, en una zona del Centro Histórico poco transitada, sometida a remozamiento. Es un espacio un poco más cercano a la realidad de la zona
. Luego irá a Puebla, Jalapa y Oaxaca.
“Haremos un catálogo; la curaduría es de Erik Castillo, quien ayudará a la adecuación museográfica en cada sede. Para mí –prosigue Calera-Grobet– esta muestra es un experimento para ver cómo funciona el mundo del arte, donde veré quien se quedó con su pieza, cuántos llegaron con ella a tiempo, qué precio le pusieron, cuánto nos darían si se vendiera.
“Hay cajas que se las di a un grupo, a un equipo. Me interesa ver qué van a entregar. Será como una especie de termómetro o un juego que calibre la temperatura del mundo del arte hoy, sobre todo en un proyecto donde los participantes no necesariamente están junto a un artista. Cuidé mucho que no se enteraran de inmediato de quiénes iban a participar, hay un enigma momentáneo. Es una forma de romper un poco la robotización del mundo del arte”, concluyó Calera-Grobet.
La inauguración será este sábado a las 12 horas en la galería principal y galería el Molino del Centro Cultural Casa Talavera (Talavera 20, esquina República de El Salvador, Centro Histórico).