En México, como en la mayoría de los países de América Latina, los gobiernos no se comprometen a garantizan un financiamiento sólido a la educación superior. Con frecuencia caen en discursos ajenos a la realidad. Por un lado se dice que incrementan los recursos públicos destinados a docencia e investigación en las universidades, pero en los hechos sólo se aprueban aumentos pírricos, aseguraron especialistas.

Hugo Casanova, catedrático del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México, destacó que el porcentaje de la inversión pública destinada a dichas instituciones en el país ha variado muy poco en años recientes. Hay un presupuesto que llega a cuentagotas y su aprobación requiere que los rectores destinen mucho tiempo al cabildeo, cuando es una responsabilidad del Estado invertir en la enseñanza.

Indicó que las declaraciones del presidente Felipe Calderón, quien durante la inauguración, del segundo Encuentro Internacional de Rectores Universia afirmó que en su administración creció 40 por ciento el presupuesto destinado a la educación superior, chocan con la realidad. Podemos constatar que los recursos que se destinan año con año a las universidades apenas rebasan el gasto comprometido para mantener su tarea de docencia y formación. Es evidente que no hay un impulso decidido a fortalecer a las instituciones universitarias.

En entrevista por separado, Manuel Gil Antón, experto en educación superior y profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), calificó de cifra desconcertante la que presentó el Ejecutivo federal ante más de mil rectores de Iberoamérica.

Me parece un dato muy extraño. Desconozco a qué se refería el presidente Calderón al afirmar que se trata de un aumento de 40 por ciento. Si se consultan las cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en lo que respecta a la cuenta pública de 2006 a 2010, el incremento de los fondos destinados a educación superior y posgrado a precios constantes, ronda apenas un 25 por ciento.

Incluso, agregó, si se se analizan los datos por década, de 2000 a 2010, el aumentó alcanzó 45 por ciento, por lo que no es creíble que en cuatro años se afirme que fue de 40 por ciento, a menos que la Presidencia de la República haya incluido otros rubros del gasto federal. Ojalá que se informara a la opinión pública cuáles fueron las partidas que se sumaron para dar con esta cifra.

Romualdo López Zárate, especialista en el financiamiento a la educación superior y catedrático de la UAM, explicó que en la mayoría de las universidades públicas, estatales y federales, del país, hay una clara conciencia de que se enfrenta un financiamiento insuficiente y desigual.

En México, afirmó, se enfrenta un escenario de poco financiamiento y una mala distribución. Sin embargo, destacó que en materia de rendición de cuentas, las universidades públicas dieron los primeros pasos desde 1990, cuando aceptaron la realización de auditorías ordenadas por congresos locales. No se puede decir que no falta nada por hacer, pero sin duda han puesto el ejemplo y hoy son instituciones mucho más transparentes.