La defensa legal de Gregorio Sánchez Martínez insiste en que es inocente, según un documento que hizo llegar a la dirigencia nacional del PRD, en el cual señala, como parte de las inconsistencias del proceso, que los testigos protegidos que declararon en su contra nunca tuvieron relación directa con el inculpado para sostener que tiene nexos con los Beltrán Leyva y Los Zetas y que se dedica al tráfico de personas de nacionalidad cubana, china y rusa.

Al tener acceso al expediente, el despacho de Gonzalo Aguilar Zinser describió las acusaciones contra Gregorio Sánchez, internado en el reclusorio federal número 4, ubicado en Tepic, Nayarit, desde el pasado 25 de mayo.

Ratifica que la averiguación previa que dio origen a la acción penal contra su defendido empezó con una denuncia de hechos anónima, vía telefónica, y se basa en declaraciones de los testigos protegidos, con nombres en clave: Zajed, Lucero, Emiliano y Orión, además de Daniel Alberto Vargas Larrainza, así como en el oficio 110/H/216/2010, de fecha 11 de febrero de 2010, de la Unidad de Inteligencia e Información Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, donde se señalan diversas operaciones presuntamente sospechosas o ilícitas.

Los abogados aseguran que no hay constancia, documentos o declaraciones con imputación alguna o señalamiento que relacione al empresario en la comisión de los delitos de que se le acusa.

Manifestan que Zajed colaboró con el grupo de los Beltrán Leyva y acusó a Gregorio Sánchez de tener nexos con este cártel y con Los Zetas por actividades de lavado de dinero, tráfico de indocumentados cubanos, rusos y chinos. Que le entregaban diversas cantidades de dinero a través de su jefe de escoltas, de nombre Erick Ramírez Martínez, y que esto lo sabe porque él era miembro de la organización desde 2007 hasta finales de 2009, manejando todos los recursos económicos de pago de nóminas a funcionarios y sobornos.

No refiere, especifica la defensa, haber hecho entrega de cantidad alguna en forma directa al ingeniero Gregorio Sánchez Martínez, ni señala cifras o ubica en forma legal, en circunstancias de tiempo, modo y lugar, las entregas de dinero y qué contraprestación específica prestaba el inculpado. Es decir, fechas, envíos o cargamentos que facilitaba.

Lucero, como dio cuenta este diario, dijo que formó parte de aquella agrupación criminal y señaló haber visto al edil con licencia de Benito Juárez en convenciones de grandes capos, tras haberlo reconocido en una foto bajada de Internet, pero no detalla la forma en que Gregorio Sánchez colaboraba con Los Zetas o el cártel de los Beltrán Leyva.

Emiliano declaró que perteneció al cártel de los Beltrán Leyva en 2007 y que acudió a siete reuniones realizadas en diferentes puntos de Culiacán, Sinaloa, en las que El Chaparro –sin más datos que el mote–, encargado de la plaza de Cancún, informó que a las autoridades del puerto ya las tenían cooptadas y que el pago estaba bajo una nómina, además de recibir comisiones por cada evento de tráfico de drogas, de indocumentados o de armas, no haciendo imputación alguna o referencia directa a Gregorio Sánchez Martínez.

Orión dijo haber formado parte del cártel del Golfo y/o Zetas. Según la defensa de Sánchez Martínez, no hizo ningún señalamiento directo contra su defendido. Sólo dijo que El Mátrix era escolta del empresario y trabajaba para el cártel de los Beltrán.

Daniel Alberto Vargas manifestó que le entregaba dinero al Mátrix y, a las preguntas del Ministerio Público, afirmó que “el mismo Greg Sanchez colaboraba con el cártel de los Beltrán Leyva, a quienes apoyaba” con agentes y jefes de la policía municipal, sin referir en qué términos y bajo qué circunstancias consistía esa colaboración.