Sin el apoyo de los pueblos latinoamericanos no será posible aspirar a una utopía educativa, en la que todo el conocimiento sea para todos y no sólo para unos cuantos y muy poco, afirmaron dirigentes sindicales, investigadores y profesores disidentes.

La enseñanza es un tema de la sociedad, agregaron, no sólo de algunos sectores empresariales o de los gobiernos. Se requiere con urgencia un pacto social por la educación pública, pero como parte de un proceso más amplio para alcanzar un proyecto distinto de nación.

Reunidos en el cuarto Congreso Nacional de Educación Alternativa, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Trino Alcides Díaz, embajador de Venezuela en México, destacó que es urgente fortalecer la enseñanza y llevarla a todo el pueblo, pues se requiere una nueva mentalidad en el ciudadano. Debe tener una visión más crítica, que le permita defender sus derechos y su soberanía nacional.

Señaló que, en el caso de su país, la construcción del socialismo del siglo XXI se inicia con la educación. Por eso se han invertido recursos considerables en crear más escuelas de formación básica, media y superior. Apostamos con claridad a la enseñanza, porque creemos que sólo así, con un pueblo informado y altas capacidades técnicas y saberes, podrá generarse una sociedad donde no exista la explotación del hombre por el hombre ni donde se impongan los valores del capitalismo salvaje.

Combertty Rodríguez, coordinador regional de la Internacional de la Educación para América Latina, organismo que agrupa a más de 400 sindicatos magisteriales de 173 países, afirmó que gestar un proyecto alterno de enseñanza requiere la participación activa de las organizaciones sindicales del magisterio, y eso implica generar condiciones reales de democracia interna, en la que se escuchen diferentes propuestas.

Aseguró: No se trata de un proceso para mañana. Llevará tiempo, porque requiere muchos cambios de fondo, pero si el modelo neoliberal se tomó 25 años para aplicar sus reformas, reconstruir y generar un nuevo proceso también necesitará dar muchos pasos, entre ellos tener una verdadera democracia en los gremios magisteriales.

Edgar Isch, investigador de la Red Social para la Educación Pública en las Américas, destacó que en la creación de un modelo alterno de enseñanza existe un reto de carácter estructural, pues es necesario vencer todo el andamiaje ideológico neoliberal que se ha montado sobre nuestros sistemas educativos y que ha generado un enorme impacto en alumnos, profesores y padres de familia.

Si no logramos su erradicación, advirtió, podremos generar una propuesta con grandes ideas, pero manteniendo esquemas de opresión y sometimiento. Por ello se precisa que los sindicatos magisteriales tengan capacidad real para incidir en las propuestas alternas y que sus aportaciones sean lo suficientemente fuertes como para cambiar la dirección de lo que hoy vivimos en las aulas de casi toda América Latina.

César Navarro, catedrático del Instituto de Investigación José María Luis Mora, y Hugo Aboites, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, coincidieron en que un nuevo proyecto alternativo de educación debe garantizar la construcción de un sujeto social, con reconocimiento pleno de sus derechos, pero también con una consciencia crítica de lo que ocurre en su realidad, sin estar atado a las demandas del mercado laboral y las estrategias de explotación neoliberal.