La afición de Cruz Azul tiene todo el derecho de recriminar y sentirse a disgusto, porque en los tiempos recientes el equipo ha terminado con las manos vacías, reconoció el zaguero Horacio Cervantes. Sin embargo, lo único que los jugadores pueden “prometer es un gran esfuerzo desde hoy para que las cosas cambien.

Los Cementeros no desean cargar desde ahora con la etiqueta de candidatos al título para el siguiente campeonato.

El defensa consideró que “dentro del equipo no nos tenemos que presionar desde un principio. A veces se nos olvida que esto es lo que más nos gusta, es una diversión, con el compromiso de que tenemos que responder a nosotros mismos, a un cuerpo técnico, a una directiva y a una afición tan importante.

Entonces, más allá de pensar si el equipo peleará un título, tenemos que pensar en lo más cercano, que es empezar bien el torneo.

Interrogado en la rueda de prensa de ayer en La Noria, sobre si la llegada de Gonzalo Pineda será suficiente para reforzar al equipo, aseguró que ellos como futbolistas no se enfocan tanto en quién viene o quién se va.

Aceptó que más allá de si son pocas o muchas contrataciones, los que estamos debemos hacer un máximo esfuerzo, porque es un privilegio ser tomado en cuenta.

Pineda ya se reportó y trabajó con el equipo, pero el club evitó que tuviera contacto con la prensa porque su presentación oficial será este jueves.

El portero Jesús Corona aceptó que en el torneo anterior dejaron de hacer muchas cosas y no pudieron clasificar a la liguilla del torneo local, ni ganar el derecho a estar en el Mundial de Clubes, pero negó que sientan vergüenza.

No se lograron objetivos y es un fracaso, pero vergüenza no, porque siempre luchamos y tratamos de hacer las cosas lo mejor posible día a día, apuntó, y reconoció que los aficionados están en su derecho de castigarlos y de no asistir al estadio por los pobres resultados.

Siempre es importante el apoyo de la gente, pero también debe entender que diferentes circunstancias no te dejan alcanzar ciertos objetivos, señaló, y también les hizo una promesa: Vamos a salir y morirnos en la cancha.

Aseguró que su problema personal en el torneo anterior (pleito en un bar) lo afectó mucho y repercutió en el llamado a la selección nacional, pero dijo que ya lo superó y ahora me quiero dedicar ciento por ciento a lo deportivo.