El rezago y las deficiencias en México obedecen en gran parte a que la educación pública es rehén en el nivel básico de un sindicato cuyas dirigencias, por intereses políticos, no han permitido el desarrollo de una enseñanza de calidad, afirmó Ángel Mayrén, de la Coordinación de Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Al participar en un seminario permanente sobre el Estado laico, el académico instó a aplicar los preceptos de la Constitución en la vida y el desarrollo del país, con el fin de buscar que la educación pública efectivamente sea de calidad, para lo cual debe haber una ruptura con el sindicato magisterial.

Se debe avanzar en un Estado, dijo, que esté por encima de las leyes ejercidas a conveniencia de grupos políticos.

Más bien, entre el sistema educativo y su sindicato debe haber una sana distancia, similar a la que impera entre el Estado y la religión, destacó.

Manifestó que de mantener la dirección que llevamos, seguiremos en picada. No se trata de iniciar una nueva reforma educativa, sino, como país, de tener una actitud sumamente firme para formar a las próximas generaciones.

A su vez, José Franco, director del Instituto de Astronomía de la UNAM, se pronunció por mantener el Estado laico, porque es garantía de que siempre habrá un respeto al conocimiento y acercamiento abierto a las ideas.

Explicó que en materia de políticas públicas no debe haber participación de credo religioso alguno, porque estas políticas deben estar elaboradas para una población con múltiples visiones y necesidades. Lamentó que en varias entidades se hayan aprobado leyes con base en creencias.