omo si los estragos locales de la crisis no bastaran para profundizar el agobio de los segmentos marginados de América Latina, en 2009 las remesas de los migrantes a sus familias se redujeron -15%, de 69 mil 200 millones de dólares en 2008, a 58 mil 800 en 2009 (Gráfico 6).

Esta caída de las remesas -indica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- contrasta con su vigoroso crecimiento en años recientes: de 2002 a 2008 la tasa de crecimiento anual promedio fue de 17%, no obstante que desde el segundo semestre de 2006 se inició la desaceleración y que en 2008 sólo aumentaron 1.0% por la crisis.

Desde hace muchos años y muchas crisis sabemos que el mercado desregulado es como un ferrocarril desbocado y sin maquinista. Los monopolios globales son cada vez mayores y más poderosos, y también más torpes, inescrupulosos y destructivos... pero se les deja hacer; el enorme excedente financiero que manejan recorre el mundo como plaga, especulando sin control, creando valores basura y activos tóxicos, manipulando futuros y derivados, y desequilibrando monedas y economías para obtener ganancias... pero nadie los toca; los paraísos fiscales son señalados como santuarios del dinero ilegal y la evasión impositiva... pero no se les neutraliza...

No se desconocen los tibios esfuerzos de Obama o de Angela Merkel, por ejemplo, pero son poco significativos. En la vorágine de la maximización de ganancias sin reglas ni límites, las economías nacionales caen una tras otra; los productores y las empresas independientes sucumben en grado alarmante ante los monopolios y la economía como ciencia ordenadora ha sido degradada por los neoliberales a la puerilidad.

En las depresiones, uno de los segmentos más vulnerables es precisamente el mercado laboral de los migrantes, y por derivación, sus remesas. En el caso de México (alta concentración en Estados Unidos) éstas cayeron -16% en 2009; las de Sudamérica (excepto Brasil) y el Caribe, cayeron -12%; las de Centroamérica (más diversificadas y con un fuerte contenido sur-sur), -9%, y las de Brasil. -20%, tasa que se vio influenciada por el retorno voluntario de muchos migrantes, e involuntario cuando no les renovaron sus visas, como fue el caso con Japón.

La disminución de las remesas a América Latina en 2009 se debió principalmente a la contracción de los mercados laborales (construcción y agricultura destacadamente en Estados Unidos) a los que concurren muchos migrantes, y no a disminuciones salariales, pues estos pagos se han mantenido relativamente estables y con leves aumentos en los años pasados (Gráfico 7). Si bien el costo de la vida es mayor en países como Estados Unidos que en América Latina, la expectativa de ganar unos 550 dólares a la semana (salario semanal promedio de los latinos en EU) es un poderoso imán para quienes, desesperados, están dispuestos a desafiar el infierno migratorio y a vivir allá con privaciones para enviar lo posible a sus familias.

Las remesas a México

Según el Banco de México, los ingresos por remesas familiares venían creciendo aceleradamente (26.2% promedio anual) entre 2001 y 2006. Con la creciente hostilidad antinmigrante primero y la crisis después, tal crecimiento se desplomó a 2.0% en 2007, y pasó a un decrecimiento de -3.6% en 2008 y de -15.7 en 2009 (Gráfico 8).

Así, el ingreso anual el país cayó de los 26 mil 069 millones de dólares ingresados en 2007 a 21 mil 181 millones en 2009, cifra que representó 2.4% del PIB, 69% de la exportación petrolera, superó en 4% las exportaciones totales de servicios, y fue 85% superior a la inversión extranjera directa y 1.3 veces más que el ingreso turístico.

Por trimestres, el ingreso por remesas en el primero de este año (4 mil 819 millones) cayó -12.0% respecto de 2009 y fue el más bajo del quinquenio reciente (Gráfico 9).

Comparando 2007 con 2009 (el impacto de la crisis), de las 32 entidades federativas, todas excepto Baja California Sur registraron reducción en sus ingresos por remesas, siendo las más afectadas en términos relativos: Tabasco (-36.8%), Chiapas (-33.1), Hidalgo (-32.1), Campeche (-29.6), el Distrito Federal (-28.7), y Veracruz (-25.5) (Gráfico 10).

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