En lo que va del año cinco policías han resultado lesionados por automovilistas en su afán de evadir el alcoholímetro, que se suman a los 19 casos del año pasado, según cifras de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF).

El más reciente ocurrió la madrugada del viernes, en la colonia Escandón, delegación Miguel Hidalgo, donde un joven de 23 años atropelló a un elemento de la Policía Preventiva luego de que éste le marcó el alto en avenida Nuevo León para realizarle la prueba de alcoholemia.

El incidente ocurrió alrededor de las dos y media de la mañana, cuando en el cruce de la citada avenida con la calle Astrónomos, el policía José Luis Villarreal Medina, de 21 años, pidió a Pablo González Ponce, que conducía un vehículo Renault Clío placas 659-CVD, que se detuviera.

Al darse cuenta de que se trataba de un puesto de revisión del alcoholímetro, el conductor trató de evitarlo y aceleró para evadirlo, pero al hacerlo impactó su automóvil contra el policía.

Luego de una breve persecución, González Ponce fue capturado y puesto a disposición del Ministerio Público de la Coordinación Territorial Miguel Hidalgo 4, que comenzó la averiguación previa correspondiente y ordenó la realización de estudios toxicológicos para determinar si estaba en estado de ebriedad. Mientras, el lesionado fue trasladado al hospital Mocel donde es atendido por traumatismo craneoencefálico y contusión en una rodilla.

Del año pasado a la fecha de los 24 policías atropellados por conductores que tratan de evitar el alcoholímetro uno ha perdido la vida. Se trata del agente de tránsito Fernando Corona Mercado, quien en marzo de 2009 fue impactado y arrastrado casi un kilómetro por José Luis Romo Trujano, que conducía en estado de ebriedad en avenida Insurgentes.

Aunque en primera instancia Romo Trujano fue condenado a más 20 años de cárcel por homicidio doloso, fue puesto en libertad poco antes de cumplir un año en prisión debido a que el Tribunal Superior de Justicia local determinó reclasificar el delito a culposo, por lo que su sentencia se redujo a poco más de cuatro años, lo que le permitió obtener la libertad bajo fianza.