El nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, aseguró que el Vaticano considera que los sacerdotes pederastas no sólo deben enfrentar la justicia eclesiástica, sino también a la civil, porque han cometido un crimen, y admitió que los malos elementos, quienes no viven con coherencia y autenticidad su fe, deben ser apartados de la Iglesia católica.

–¿Se debe purificar a la Iglesia? ¿Se debe sacar a todos los malos elementos?

–Bueno, claro, eso es evidente. Esa ha sido siempre la línea de la Iglesia.

–El papa Benedicto XVI dijo que el perdón no sustituye la justicia, que es necesario mandar a los sacerdotes que han abusado de menores a la justicia civil.

–Sí, el Papa nos dice que si se ha cometido un crimen no se puede escapar a la justicia humana.

Entrevistado al concluir la presentación del libro Juan Pablo II y su magisterio social, escrito por Carlos Lara López, clérigo de la arquidiócesis de Guadalajara y doctor en ciencias sociales con especialidad en doctrina social, el representante del Vaticano remarcó que la pederastia es un problema muy serio, por lo que Benedicto XVI está haciendo todo lo posible para poder responder a ese problema de modo muy serio, ayudando a las víctimas y haciendo todo lo posible para que los culpables sean castigados.

Pierre coincidió con lo dicho por el Papa de que el asunto de la pederastia clerical no se explica por el despliegue de una campaña de opositores a la Iglesia, sino porque hay enemigos dentro de ella.

Lo expuesto por el pontífice es una vision muy realista, él se refiere a las personas que no viven con coherencia y autenticidad su propia fe, y añadió que si la Iglesia pretende ofrecer al mundo una doctrina y un testimonio de Cristo, tiene que hacerlo con coherencia; si entramos en una contradiccion cualquiera, si no vivimos lo que anunciamos, somos enemigos de la Iglesia, porque no la ayudamos a lucir, a aparecer como es.

Antes, el intervenir en la presentación del libro, el nuncio defendió el derecho del catolicismo a opinar. La Iglesia tiene siempre una palabra qué decir; la Iglesia ni puede considerarse a sí misma ni debe ser considerada por los demás como un ente ajeno a las vicisitudes y a las realidades terrenas.

En la presentación algunos ponentes hicieron hincapié en que antes del papado de Juan Pablo II la doctrina social de la Iglesia estaba devaluada, era considerada abstracta, además de que muchos sectores la veían como una ideología en competencia con los demás sistemas políticos.

Pierre afirmó que el libro “nos hace entrar en el porqué de la doctrina social de la Iglesia. En el inicio del pontificado de Juan Pablo II algunos se preguntaban qué era la doctrina social de la Iglesia, y la relacionaron con ideologias que pretendían dar solución a problemas de la humanidad, como el marxismo y el capitalismo.

El Papa ofreció un discernimiento a partir del Evangelio, no para ofrecer otra ideología, sino para ayudar a las personas a vivir su fe y a aplicarla en el contexto donde viven.