Los reflectores apuntaban a la conferencia en un campo deportivo de Buenos Aires, en la que el técnico de Argentina, Diego Armando Maradona, daría la lista de los seleccionados que jugarán en el Mundial de Sudáfrica. Cuando el técnico llegó a bordo de su vehículo, los representantes de la prensa se amotinaron alrededor del vehículo.

En medio del desorden provocado por la multitud, un camarógrafo fue golpeado por el auto del entrenador y cayó al suelo. Una llanta pasó por encima de la parte más baja de su pierna.

Pará, pará, pará, la pierna, le gritaron a Diego los demás periodistas que se percataron del accidente, y Maradona respondió: ¡Qué boludo que sos! ¡Cómo vas a poner el pie abajo de la rueda, viejo!

Los paramédicos acudieron al lugar para atender al camarógrafo, quien fue trasladado en una ambulancia para recibir tratamiento. Las autoridades de la comisaría de la localidad de Ezeiza, lugar donde se encuentra el campo en el que ocurrió el accidente, intervinieron en el caso y fotografiaron el auto, que sufrió algunos rayones en el incidente.

El fiscal que actuó en la causa, Carlos Hassan, dijo que este acontecimiento no traerá consecuencias legales para el entrenador de la albiceleste.

Explicó que el reportero atropellado no quiso presentar una querella contra Maradona y sólo hizo constancia del hecho para ejercer su seguro de trabajo. Además aclaró que las lesiones fueron leves y que se trató de un delito de instancia privada.

No es la primera vez que el Pibe está envuelto en un incidente con la prensa. El asedio mediático lo ha metido en problemas en el pasado. En 1994 disparó balines con una escopeta de aire a los reporteros que intentaban captarlo en una residencia de fin de semana.

En aquel caso, Maradona fue condenado a dos años de prisión en suspenso –en una sentencia confirmada por la Corte Suprema de Justicia– por delitos de lesiones reiteradas, agresiones y daños.