La Corte Interamericana de Derechos Humanos examinará en sesión pública el próximo día 27 el caso de Valentina Rosendo, indígena de Guerrero, quien fue violada hace ocho años por militares. A partir del ataque, Valentina ha enfrentado violencia sexual, política y doméstica.

Valentina fue estigmatizada por haber sufrido esa agresión. En su demanda de justicia, ha sido perseguida, y tuvo que desterrarse de su comunidad tras ser amenazada, denunciaron el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Amnistía Internacional y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.

Informaron que el 16 de febrero de 2002, cuando Valentina tenía sólo 17 años y se encontraba lavando ropa en el río, cerca de su casa en el poblado de Barranca Bejuco, municipio de Ayutla de los Libres, “vio acercarse a ocho soldados del 41 batallón infantería.

“Con los soldados iba un civil que traía las manos amarradas. Dos militares se acercaron a Valentina y le preguntaron por el paradero de hombres ‘encapuchados’. Cuando les respondió que no conocía a ninguno, le apuntaron con sus armas y la amenazaron.

“Le enseñaron una fotografía, y le preguntaron por la identidad de la persona retratada. Le mostraron una lista de 11 nombres y le preguntaron si los conocía; al responder que no, el soldado que le apuntaba con el arma la golpeó en el estómago con la culata de su rifle, haciéndola caer.

Perdió momentáneamente la conciencia. Otro soldado le jaló el pelo y la siguió interrogando. Le advirtieron que matarían a todo el pueblo si no les daba información. Luego, dos la violaron ante las miradas de otros seis soldados.

Los activistas Luis Arriaga y Miguel Pulido y la actriz Ofelia Medina exigen justiciaFoto Cristina Rodríguez

Tras ser violada y torturada, Valentina acudió al centro de salud más cercano, al que se llega en hora y media. El médico, un hombre, le dijo que no quería problemas con los militares, y no la atendió.

Tuvo que caminar ocho horas más para recibir atención. Cuando pidió que fuera una mujer la que la auscultara, “el médico le respondió: ‘si te violaron hombres, no mujeres, ¿por qué exiges que sea una mujer la que te ausculte?’”

Después “Valentina empezó a padecer violencia doméstica. Su marido le decía que era mujer de los guachos, de los militares. Se le empezó a estigmatizar y, tras la denuncia, la respuesta del Ejército fue violenta.

El 4 y el 5 de marzo de 2002, más de 70 soldados rodearon su casa y le exigieron que señalara a los culpables.

El 14 y el 15 de marzo, los militares rodearon la comisaría y fueron a hablar con el presidente municipal. Después en una asamblea comunitaria, el edil dijo que las mujeres dejaran de señalar al Ejército, y les adviritó que si no lo hacían, ya no se les iban a dar apoyos para obras y servicios.

Las organizaciones manifestaron que después de ocho años del ataque, la Corte Interamericana juzgará al Estado mexicano, que ha sido incapaz de otorgar protección y justicia a Valentina.

La actriz Ofelia Medina manifestó su apoyo a Valentina y se sumó al clamor de que se sancione a los responsables y se repare el daño. Es una vergüenza que a ocho años de distancia no se haya hecho justicia. Acusó: el Ejército viola mujeres.