Cuerpos de inteligencia militares y civiles solicitan la colaboración de ambas agencias de EU
Se unirán esfuerzos en materia de información clasificada, georreferencia satelital y bancos de datos
Jueves 20 de mayo de 2010, p. 5
Los cuerpos de inteligencia militares y civiles mexicanos solicitaron el apoyo de las agencias estadunidenses DEA y FBI para unir esfuerzos en materia de intercambio de información clasificada
, con miras a dar con el paradero del panista Diego Fernández de Cevallos, quien fue secuestrado hace cinco días en su rancho, ubicado en el municipio de Pedro Escobedo, en el estado de Querétaro, revelaron ayer fuentes gubernamentales cercanas a las pesquisas.
La colaboración implica compartir informes de georreferencia satelital
, bases de datos sobre bandas de criminales que operan en México, números telefónicos (celulares, fijos y de radiocomunicación) utilizados por personas sospechosas de pertenecer a grupos delictivos, además de otros datos confidenciales.
Este miércoles fue el quinto día consecutivo sin que las autoridades –federales y estatales– ni la familia Fernández de Cevallos tuvieran informes sobre el paradero del ex senador panista, y sin que alguno de sus posibles captores hubiera entablado comunicación para informar sobre sus pretensiones. Además, ayer fue el segundo día sin que la Procuraduría General de la República (PGR) emitiera algún comunicado para informar sobre los avances de las pesquisas.
De acuerdo con las evidencias recabadas en la averiguación previa SC/31/2010, abierta por la Procuraduría General de Justicia de Querétaro, la camioneta de la que bajó el Jefe Diego, aproximadamente a las 22:50 horas del pasado viernes en el estacionamiento de su rancho La Cabaña, no era una Hummer blanca –de la que se había dicho que fue encontrada con la puerta abierta–, sino una Cadillac Escalade EXT (pick up) color arena, la cual se halló bien cerrada, presuntamente por el mismo Diego.
Los testimonios recabados y las pruebas periciales practicadas en la escena del crimen han permitido a los investigadores saber que Fernández de Cevallos traía en una bolsa de su pantalón 100 mil pesos en efectivo, cargaba una pistola sujeta al cinturón y que por unos minutos se resistió al plagio, por lo que pudo resultar herido él o alguno de sus victimarios.
Los fiscales asignados al caso creen, por las evidencias con las que cuentan, que durante ese forcejeo el ex senador perdió unas tijeras con las que se recortaba la barba, así como un peine, una pluma y un botón de su camisa. Esas tijeras hirieron a alguien, muy probablemente a Fernández de Cevallos, por lo que un charco de sangre de menos de dos centímetros de diámetro quedó en el piso.
Por la tarde, aproximadamente 10 militares, acompañados por agentes de la dirección de investigación del delito, de la Procuraduría General de Justicia de Querétaro, realizaron mediciones y otras diligencias alrededor de la camioneta Cadillac Escalade EXT, modelo 2007, estacionada en el rancho La Cabaña.
Durante el viernes pasado, antes de su secuestro, el abogado convivió con Carlos Loyola Vera, hermano del ex gobernador de Querétaro Ignacio Loyola; con Luis Cabrera, su amigo, y con Diego y David Fernández Gutiérrez, hijos del ex candidato presidencial del Partido Acción Nacional (PAN). Todos ellos ya rindieron declaración ante las autoridades ministeriales.
Según revelaron a La Jornada fuentes ministeriales que han tenido acceso a la averiguación previa, el ex legislador se dio tiempo durante ese viernes para revisar diversos asuntos domésticos en sus fincas y cobró 100 mil pesos por concepto de honorarios por algún litigio que encabeza. Cuando llegó a su rancho, después de estacionar y cerrar perfectamente su camioneta, un hombre lo sujetó por la espalda y al menos otros dos lo auxiliaron para impedir que el Jefe Diego pudiera desenfundar su pistola Pietro Beretta calibre .380 (autorizada por la Secretaría de la Defensa Nacional), que ese día cargaba en la cintura.
Los investigadores sostienen la hipótesis de que el panista fue cargado por algunos metros hacia el exterior de la finca, donde los plagiarios huyeron con él en algún vehículo.
Una vez a bordo, los victimarios apagaron los teléfonos de Fernández de Cevallos, entre ellos un radio Nextel que cuenta con sistema GPS. El velador del rancho fue el único que se percató de la llegada del político, pero en su declaración dijo que no notó ni escuchó nada raro la noche del pasado viernes.
El sábado 15 de mayo a las 7 de la mañana llegó a la finca un trabajador del abogado panista. Cuando lavaba la camioneta de Fernández de Cevallos, observó en el suelo la pluma, el peine, las tijeras y rastros de sangre. Después de percatarse de que el político no estaba en la cabaña avisó al velador de la desaparición de su patrón, y ambos llamaron a los hijos del ex senador queretano, quienes reportaron el posible secuestro a las autoridades ministeriales.