Los casos de pederastia en la Iglesia católica no son una situación nueva, pero ahora le han generado una de las crisis más importantes de su historia, que incluso pone en duda la legitimidad de la institución y del propio Joseph Ratzinger, consideró Bernardo Barranco, vicepresidente del Centro de Estudios de las Religiones de México.

Se trata de una crisis histórica, apuntó; 2010 probablemente para los historiadores sea un año determinante y marque un antes y un después en una institución “cuya materia prima –los valores y la moral– cae en descrédito y en una traición a su propio discurso”.

Al participar en el foro organizado por La Jornada y Casa Lamm, el especialista en temas religiosos expuso que los delitos cometidos por integrantes del clero contra menores de edad han dejado tan sólo en Estados Unidos unas 100 mil víctimas y el desembolso de la Iglesia local de 2 mil millones de dólares en pagos de indemnizaciones, equivalentes a la deuda externa de El Salvador.

En México, dijo, los delitos cometidos durante décadas por Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo, no obedecen sólo a una patología, sino también a un tejido de relaciones y complicidades, debido a que tuvo que haber tenido una red de complicidades para poder desarrollar los abusos.

En esta estructura de poder actuaron la propia congregación religiosa y sus círculos cercanos, además de autoridades del país que por años lo toleraron, e integrantes de la clase política y empresarial que lo protegieron, destacó.

En el encuentro con el tema Los legionarios de Cristo y los escándalos por pederastia en la Iglesia católica a escala planetaria, el articulista aseguró que la refundación de la congregación tiene que realizarla un religioso externo, con capacidad de negociación y fuerza, por lo que el cardenal Juan Sandoval Íñiguez –como se ha mencionado– no va a poder, y es la persona menos indicada.

Destacó la revisión del modelo empresarial de la congregación, porque la Iglesia no puede tener un Evangelio sólo para ricos en un mundo de injusticias y polarizaciones, donde la gente muere de hambre.

En su intervención, la periodista Sanjuana Martínez refirió que los abusos contra menores cometidos por integrantes de la Iglesia no son un fenómeno nuevo, pero la crisis actual puede terminar con su imperio, gracias a que las víctimas de sacerdotes pederastas han perdido el miedo y han decidido alzar la voz y romper el cerco del silencio para expresar su dolor y sufrimiento, y dar a conocer al mundo su verdad en busca de justicia.

Ante esos crímenes de integrantes de la Iglesia, todos tenemos que alzar la voz y decir basta, debido a que se trata de delitos de lesa humanidad que afectan y laceran a toda la sociedad, apuntó.

Los atavismos católicos de los mexicanos, advirtió Sanjuana Martínez, no permiten al estamento judicial realizar su trabajo, por tanto, el crimen de la pederastia clerical se convierte en un crimen de Estado, porque tenemos un gobierno de derechas coludido con la Iglesia.