La mañana de ayer, en el campamento de los trabajadores en huelga de hambre del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), los ayunantes fueron revisados de manera minuciosa, pues varios empiezan a presentar signos de cansancio generalizado, deshidratación y adormecimiento, por lo cual, a diario, están siendo llevados en grupos de 10 para revisar su estado de salud.

Bajo las lonas de plástico que cubren el campamento es intenso el calor. No sabemos qué es peor, si que llueva o el calor excesivo, dijeron trabajadores que vestían ropa ligera, pues la temperatura se elevó de manera considerable.

Médicos enviados por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y por el SME están efectuando las valoraciones de los huelguistas, señalan trabajadores encargados de resguardar el campamento. Afirmaron que varios prácticamente no se levantan.

Apuntaron que dejan de tomar miel y suero en la noche, cuando al día siguiente tienen toma de muestras, lo cual agrava su desgaste físico.

En tanto, el sindicato denunció que la procuradurías estatales y la General de la República podrían fabricar pruebas contra los integrantes del SME e inventar sabotajes para amedrentarlos, con el fin de que doblemos las manos. De ahí la campaña mediática y política contra el gremio en resistencia, queriéndolo culpar de los estallidos en instalaciones.