Washington, 18 de mayo. El presidente Felipe Calderón arribó a Washington para cumplir su visita de Estado después de advertir en Madrid que la ley antinmigrante de Arizona contiene principios reprobables y celebrar que los llamados de alerta para la cancelación de viajes de mexicanos a ese estado ya les están doliendo.

Mañana se entrevistará con el mandatario estadunidense, Barack Obama, quien lo recibirá en la Casa Blanca en una ceremonia oficial y le ofrecerá por la noche una cena.

Desayunará con Hillary Clinton en el Departamento de Estado, se reunirá con empresarios de la Cámara Americana de Comercio y será el primer presidente mexicano en depositar una ofrenda en la tumba del soldado desconocido en el cementerio de Arlington. Al día siguiente dará su discurso en el Capitolio y sostendrá una serie de encuentros con senadores y líderes partidistas.

A la llegada de Calderón a esta ciudad procedente de España, los embajadores de Estados Unidos, Carlos Pascual, y de México, Arturo Sarukhán, le dieron la bienvenida en una breve ceremonia protocolaria efectuada en la base aérea Andrews.

En las horas previas a su viaje, el titular del Ejecutivo anunció que platicará con Obama sobre la ley SB 1070, aunque de antemano calificó a su anfitrión como un presidente responsable, porque también considera inapropiada esta iniciativa que permite la detención y deportación de inmigrantes sólo por su apariencia.

Entrevistado por Televisión Española, señaló que la llamada ley Arizona comete el error de muchas legislaciones antinmigrantes de no entender un fenómeno relacionado con el intercambio que debe darse entre una economía intensiva en capital y otra pequeña e intensiva en mano de obra.

No se explica el desarrollo de Estados Unidos sin la mano de obra mexicana y ellos lo saben, por lo que pretender derogar eso por decreto es un absurdo, afirmó el Presidente.

Criticó que esta medida introduzca elementos de carácter racial en la decisión de las autoridades, ya que se puede detener a alguien por su apariencia física y transgredir un principio elemental de cualquier democracia, que es la no discriminación racial.

Por eso es una ley absurda, es una ley que contiene principios reprobables desde cualquier punto de vista, independientemente del derecho, que nosotros respetamos, de que cualquier nación establezca la legislación interna que considere conveniente, manifestó.

Al hacer un recuento de las acciones que ha emprendido su gobierno contra la SB 1070, dijo que los consulados están listos para apoyar legalmente a los migrantes que así lo requieran. Además, Calderón confió en que la Corte de Estados Unidos rechace y anule esta legislación, porque contiene elementos discriminatorios contrarios a la propia Constitución de ese país.

México ha enviado además notas enérgicas al gobierno de Estados Unidos y ha emitido alertas a los ciudadanos para no viajar a Arizona, porque se ha vuelto un lugar peligroso para los mexicanos.

Esta medida tiene efecto en Arizona y allá lo saben, porque el consumo de los mexicanos y el turismo es una de las fuentes de actividad económica más importantes y les está doliendo, porque solidariamente los mexicanos han decidido reducir o posponer sus viajes a ese estado fronterizo, afirmó.