Madrid, 17 de mayo. El presidente Felipe Calderón criticó la incomprensión y la falta de responsabilidad política de ciertos actores cuando su gobierno formuló el paquete presupuestal de 2010 y aumentó impuestos.

Aunque en el segundo día de visita de Calderón a España el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, expresó su preocupación por lo que ocurre en México en el contexto de la lucha contra el crimen, el jefe del Ejecutivo mexicano apenas abordó el tema, al señalar que tenemos problemas serios, pero los estamos enfrentando, y no hizo mención alguna del secuestro del político panista Diego Fernández de Cevallos.

Primero, en reunión con empresarios españoles y mexicanos defendió estas medidas de ajuste presupuestal, porque de esa manera hicimos la tarea y ahora México esté en franca recuperación, a diferencia de países europeos, que están en problemas.

Aseguró que el país resistió problemas como la crisis económica, el aumento de la violencia o el brote de influenza, y se declaró verdaderamente entusiasmado por el comportamiento  de la economía.

En su intento por justificar las alzas de impuestos, señaló que la caída fulminante en la recaudación a causa de la recesión, la baja en la producción petrolera y de los precios no dejó otra alternativa que aplicar esta política.

Aunque tuvimos que enfrentar una gran incomprensión, no mucha responsabilidad en términos políticos de parte de ciertos actores, y además un costo político evidente, formulamos un paquete 2010 de finanzas públicas centrado claramente en cerrar el déficit de las finanzas públicas, señaló.

Recordó que dicho presupuesto incluyó el aumento de la recaudación –como lo hizo España mediante el incremento del impuesto sobre la renta– y otras medidas de carácter recaudatorio que calificó de indispensables y permitieron desviar a México de una tendencia de castigo muy severo por parte de los mercados.

El reproche de Calderón se da más de medio año después de que las cúpulas empresariales rechazaron los aumentos de impuestos, lo mismo que una parte del PRI, el PRD y un sector de su propio partido, el PAN.

A la reunión acudieron poderosos empresarios, entre los que se encontraba Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda en el gobierno de Vicente Fox y presidente de Telefónica Móvil México, lo mismo que José Luis Barraza, presidente de Aeroméxico, y Carlos Mouriño, padre del extinto Juan Camilo Mouriño.

Calderón insistió en comparar la situación de México con Europa, y señaló que si su gobierno no hubiera aplicado estas medidas de ajuste económico, también tendría una crisis de confianza en la estabilidad de las finanzas nacionales, como ocurre en algunos países de esta región.

Todo porque, según Calderón,  cumplimos con lo que teníamos que hacer, hicimos la tarea o, como se dice en España, hicimos los deberes, en términos económicos, y ahora ya no enfrentamos el dilema de seguir con medidas anticíclicas o diseñar una estrategia de salida.

Presumió que si acaso México tiene un problema es de una entrada muy fuerte de inversión extranjera, que apreció un tiempo el peso a principios de este año.

En una larga exposición el Presidente reiteró su visión positiva de la economía mexicana y declaró estar satisfecho por el comportamiento responsable del país, siendo que a finales de 2008 se pronosticaba que México no iba a aguantar la crisis económica y el aumento de la violencia por la lucha entre los grupos del crimen organizado, que alcanzó gran espectacularidad.

Pero resistió, dijo, otros problemas como la sequía, la influenza y la caída de los ingresos petroleros, que hubieran sido suficientes para descarrilar a un país más débil, por lo que 2010 es claramente un año de recuperación económica.

Al final respondió preguntas de los empresarios, sólo que esta sesión se hizo en privado.

Después, en el foro del Consejo México-España, efectuado en el Instituto Cervantes, el príncipe de Asturias expresó su preocupación por la lucha contra la delincuencia .

Calderón agradeció al príncipe sus expresiones de solidaridad, de afecto y de preocupación por México, y señaló: tenemos problemas serios, sí, pero también estamos decididos a enfrentarlos con determinación y seriedad, con responsabilidad, y los vamos a resolver.