Washington, 17 de mayo. La compañía British Petroleum (BP) tiene un registro patente de violaciones a la seguridad en sus refinerías en Estados Unidos, aseguró hoy el Centro para la Integridad Pública un grupo de investigación periodística sin fines de lucro, al tiempo que el gigante petrolero británico refirió que logró grandes progresos en su batalla contra el derrame en el Golfo de México, que siguió a la explosión de su plataforma Deepwater Horizon, el pasado 20 de abril.

El Centro para la Integridad Pública indicó que, de acuerdo con sus análisis, dos refinerías propiedad de BP congregaban 97 por ciento de todas las violaciones detectadas en los últimos tres años.

La mayor parte de las citaciones de BP estaban clasificadas como especialmente intencionadas por el Departamento de Administración de Salud y Seguridad Laboral, indicó el grupo periodístico en su informe.

Destacó que BP ha estado bajo la lupa por este departamento desde que su refinería en Texas explotó en marzo de 2005, donde murieron 15 trabajadores.

El informe del grupo indicó que los datos de la refinería fueron obtenidos con base en la Ley de Libertad de Información. En esos documentos se establece que BP recibió 862 citaciones entre junio de 2007 y febrero de 2010 por presuntas violaciones en sus refinerías en Texas y Toledo, en Ohio.

Tras la divulgación del informe, BP señaló que ha trabajado diligentemente desde el accidente en marzo de 2005 para abordar las preocupaciones sobre la seguridad en Texas, y que para ello invirtió más de mil millones de dólares.

El crudo, a punto de alcanzar la Corriente del Golfo

El derrame de petróleo en el Golfo de México estaría a punto de alcanzar la Corriente del Golfo, que llevaría el crudo y su contaminación hacia los cayos de Florida y su barrera de corales.

Villy Kourafalou, experta en circulación oceánica de la Escuela Rosentiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami, señaló que según imágenes de satélite es altamente posible que el petróleo ingrese a la Corriente del Golfo y en pocos días llegue al sur de Florida.

Hay dos remolinos en el frente de la corriente, uno al norte y otro al este, explicó Kourafalou. Si el movimiento del remolino norte se mantiene como hasta ahora, ciertamente la corriente va a ingresar petróleo y lo va a mover hacia el sur, dijo.

Esos remolinos son elementos de recirculación que pueden desempeñar un papel importante en el transporte de materiales, ya sea contaminantes, como huevos de pescado, o nutrientes, agregó Kourafalou.

Imágenes de satélite tomadas el sábado y procesadas por un laboratorio de la NASA muestran que la marea negra habría ingresado en la famosa corriente.

Oceanógrafos afirman que una vez que el petróleo ingrese a la corriente podría demorar una semana en llegar a los cayos y el sur de Florida, con un devastador impacto para el turismo.

La extensa línea de islas o cayos, que descienden frente a la costa atlántica de la península y culminan en el mítico Cayo Hueso, representan uno de los principales atractivos turísticos y naturales de Estados Unidos.

A esto también se agrega el peligro que representa la temporada de huracanes en el Atlántico que comienza el primero de junio, la cual se espera sea irregular en el verano debido al fenómeno climático de El Niño.

Ian McDonald, profesor de Oceanografía de la Universidad Estatal de Florida, indicó que si una tormenta se presenta bajo esta situación podría ser tremendamente complicado.

También estarían en riesgo las costas de México, especialmente Tamaulipas, Tampico, Veracruz, Tabasco y, en menor medida, la península de Yucatán, según la Secretaría de Marina de México.

BP informó este lunes que casi una quinta parte de la fuga es capturada y esa cantidad podría ir en aumento antes de que se trate de frenar por completo el derrame hacia el fin de semana.

Apostamos absolutamente todo en esto, dijo el presidente operativo de BP, Doug Suttles, quien señaló que un tubo de succión insertado dentro del pozo dañado a casi 1.6 kilómetros de profundidad, opera durante 24 horas y desvía mil barriles por día, cerca de una quinta parte de los 5 mil barriles de fuga estimados.

Esta operación fue suspendida el domingo debido a que el tubo se movió, pero hoy se retomaron los trabajos.

Robots submarinos preparan tuberías y mangueras alrededor del pozo para bombear hasta 6 mil 300 litros de fango por minuto en el pozo.

La mayor esperanza de BP para detener el flujo de crudo a corto plazo es un fango especial, una mezcla pesada de materiales sintéticos que los técnicos tratarán de inyectar dentro del pozo para formar una barrera que impida la fuga.

Si esa mezcla no sirve para sellar el pozo, BP tratará de introducir pelotas de golf, fragmentos de neumáticos y otros materiales a fin de taparlo, técnica conocida como inyección de basura.

El presidente estadunidense Barack Obama creará en los próximos días una comisión independiente para investigar el derrame petrolero, reveló un funcionario que pidió el anonimato.

La comisión presidencial investigadora, similar a otras ordenadas ante desastres civiles, será establecida por decreto, afirmó el funcionario.

Mientras, durante una audiencia en el Senado estadunidense el contralmirante de la Guardia Costera, Peter Neffenger, subrayó que la catástrofe ya superó todas las expectativas

Lamar McKay, presidente de BP, respondió que su empresa es consciente de que se le juzgará por los resultados y añadió que se han destinado todos los recursos al alcance para frenar el derrame.

En medio de este desastre rodó la primera cabeza. El responsable del control de las perforaciones petroleras a gran profundidad de la Organización de Gestión de Minerales (MMS) de Estados Unidos, Chris Oynes, presentó su renuncia, tras la crítica del presidente Barack Obama por la estrecha relación entre el organismo y la industria petrolera.

Obama hizo referencia, entre otros, a que la MMS, dependiente del Departamento del Interior, otorgó permisos de perforación sin haber realizado los estudios previstos para determinar posibles efectos sobre el medio ambiente.

Además, la MMS permitió que las inspecciones de seguridad en la plataforma petrolera fueran llevadas a cabo por la propia empresa petrolera.