A Jerszy Hausleber los magros resultados de la marcha mexicana en años recientes le producen tristeza y no se atreve ni siquiera a opinar sobre lo que podría dejar este ciclo, que se inicia en julio con los Juegos Centroamericanos de Mayagüez, los Panamericanos de Guadalajara 2011 y la justa olímpica de 2012, en Londres.

A su regreso de Chihuahua, tras la Copa del Mundo de Marcha, que llegó a 24 ediciones, Hausleber dijo que no estaba alegre ni satisfecho con los resultados de los andarines nacionales, porque no se observa ningún progreso como equipos y sólo se rescatan algunas individualidades.

Hausleber resaltó la mejoría del chihuahuense Horacio Nava, en la prueba de 50 kilómetros, porque bajó su marca personal (3:54.16 horas), que le alcanzó para ocupar el segundo lugar, en una competencia donde los mexicanos eran una potencia mundial, pero hay que seguir trabajando para que esto repunte, añadió.

El considerado padre de la caminata mexicana se mostró muy reservado en lo referente a la prueba de 20 kilómetros, sobre todo por la mala actuación de Éder Sánchez, quien se quedó rezagado y apenas terminó en el séptimo peldaño, en una temporada donde las cosas no le han resultado nada alentadoras y hasta piensa en cambiar de prueba para 2011, como anunció el pasado domingo en Chihuahua.

No quiero comentar sobre eso. Me da tristeza, dijo el mexicano de origen polaco, quien nuevamente insistió en la necesidad de hacer una seria evaluación sobre la marcha, porque hay varias causas en el retroceso de todas las áreas.

Reiteró que la desunión entre los entrenadores ha perjudicado el potencial que durante años dio brillo a México en justas olímpicas, campeonatos del orbe, copas del mundo, continentales y regionales.